La adrenalina la lleva en la sangre. “Desde que mi esposa tenía tres meses de embarazo, nos subimos a una montaña rusa y de pequeño ha estado en una pista de carreras, acompañándome en las competencias”, recuerda Carlos.
Juan Diego reconoce que uno de sus principales maestros ha sido su padre. “Mi papá ha sido mi inspiración. Siempre me apoya y me da las instrucciones de cómo desarrollarme en cada carrera”, ex presa el piloto, quien todavía no tiene licencia para manejar.
Dos situaciones complica das ha vivido en su vida Juan Diego, las cuales superó de inmediato.
“Sufrí dos accidentes serios, pero nunca medesmotivé. Solo me hicieron más fuerte y por eso sigo en el automovilismo”, agrega.
Uno de los sueños de Hernández, que también se ubica en la tercera posición de la categoría expertos de la Copa Mini, es que algún día correrá internacionalmente.
“Entiendo que esto es un proceso y lo llevaré poco a poco. Debo mantenerme en cada carrera y nunca descon centrarme. Ser constante es la clave”, asegura.