En una imperdible cita que se repite todos los días en el Complejo Deportivo de Jalapa, la elocuente mujer asiste cada tarde —16 horas— a dar un paso que la acerque más a sus sueños y seguir rompiendo paradigmas.
Así es Marisol Esperanza Salazar Morales, una árbitra guatemalteca distinguida por su gafete de la Fifa, de lo que no cualquiera puede presumir. Ella disfruta y goza de su amor por el futbol y el arbitraje cada segundo de su vida.
Pero el deporte es solo uno de los componentes de la trilogía que la inspira y motiva a salir adelante. Sus hijos, Anthony (15 años), Gerson (14) y José (10), a quienes ha criado como madre soltera, y ejercer como maestra.
(La nota completa búsquela en la edición impresa de la revista)