Se parte de la convicción de que es necesario un abordaje sistémico del sistema de salud en su conjunto para lograr resultados significativos en la salud de la población guatemalteca. Además, el sistema de salud por sí mismo no es suficiente para lograr altos niveles de salud de la población, ya que los determinantes sociales de la misma son igualmente decisivos.
Por lo tanto, cualquier propuesta de reforma del sistema de salud solo logrará los resultados esperados si se modifican de manera simultánea los principales cuellos de botella de los elementos del sistema de salud, y además está acompañada de otras políticas públicas que logren mejorar los determinantes de la salud.
Cabe destacar que se considera que es fundamental llevar a cabo una innovación de la gestión pública del sector público que permita una adecuada implementación de las recomendaciones estratégicas propuestas. Esto implicará superar la resistencia al cambio que ha caracterizado al sector público, a fin de adaptarnos a los retos del siglo XXI. Está claro que haciendo ajustes menores o más de lo mismo no se alcanzarán resultados muy distintos a los de nuestro desempeño histórico.
En el caso del sistema de salud, se debe buscar que las acciones institucionales estén más balanceadas hacia la satisfacción de la población (cliente externo) que del personal institucional (cliente interno); y por lo tanto, se debe dar un giro hacia una gestión orientada a resultados de salud que defienda los intereses de los ciudadanos, particularmente de los más vulnerables.
En el marco del Proyecto Ruta para el Desarrollo de Guatemala 2020-2024, el pasado 7 de marzo se presentaron en un foro público los principales problemas y desafíos de nuestro sistema de salud, junto con algunas recomendaciones estratégicas priorizadas que fueron comentadas por expertos (para más detalles visitar: https://bit.ly/2I8Aeas )
El objetivo de largo plazo propuesto es lograr el nivel más alto de salud para los guatemaltecos a lo largo de su ciclo de vida, a fin de que logren más años de vida sanos, productivos y agradables; mediante una cobertura universal de servicios de salud que sean accesibles y centrados en las personas.
En el mediano plazo se pretende sentar las bases de una transformación del sistema de salud para que más personas (particularmente los más vulnerables) tengan acceso a servicios de salud de buena calidad, con énfasis en la atención primaria de salud.