Vida

Infidelidades

Cuando una esposa escribe un largo y detallado mensaje, como el que hoy respondo en esta columna, lo hace, sin duda, para desahogar esa carga de sentimientos que tanto duele cuando se sufre el abandono de un esposo infiel. Pero no solo por eso se escribe una extensa carta, buscando solidaridad y apoyo moral. También se necesita de comprensión y la orientación de personas cuya opinión le merece confianza.

Rina Montalvo

Rina Montalvo

Después de describir un matrimonio perfecto, un padre amoroso, un esposo trabajador y cariñoso, ¿qué más podía pedir una esposa? Él era el equilibrio de su vida y de su hogar. Y esto es parte del relato que con tanto dolor escribe una esposa engañada: “Por razones de trabajo, mi esposo se fue a vivir a un departamento.

Pero como dicen, ‘la distancia enfría el corazón’. Al principio nos venía a ver seguido y siempre estábamos en contacto por teléfono o e-mail. Al siguiente año ya no vino a vernos como antes, no mandaba dinero y no quería que fuéramos a verlo. Como ya no podía con los gastos, nos venimos a vivir con mi mamá y aquí estamos todavía… Él decía que era temporal, pero la verdadera razón es que consiguió otra mujer allá. ¡Él me lo dijo!

Que la había buscado porque se sentía solo, que yo no lo quería, que nuestro matrimonio era una fantasía… Recordarlo me duele tanto. He estado deprimida, llorando a solas por las noches, porque no quiero causarles más daño a mis hijos. Cuando vamos a la iglesia, siento que solo Dios puede ayudarme. Pero no sé cuándo, porque ese dolor no se va… Esta angustia, esta tristeza está minando mi vida”.

Al leer el relato de esta esposa frustrada y dolida, me pregunto ¿cómo no va a dolerle hasta las entrañas si su hogar se derrumbó de un día para otro? El hombre que tanto admiraba y quería la abandonó y la dejó en el desamparo con sus hijos. Y si esto no fuera suficiente, con el mayor cinismo declara su traición y le sugiere que siga el mal ejemplo de ella, que es una mujer separada con hijos, y le dice: ‘Si ella pudo superar la separación, ¿por qué tu no?’ “Pero yo no voy a destruir una familia; que otra esposa pase lo que yo estoy pasando, que los hijos le recen a Dios para que regrese su papá. No es de personas cristianas hacer esto”.

El tiempo dirá lo que va a pasar… Pero el problema es que ella todavía lo quiere y no cree que su esposo pueda dejar a “la otra”, porque le tiene miedo y no acepta ayuda. El caso es difícil, como el de tantos matrimonios que terminan, no solo por incompatibilidad, sino por falta de amor, y cuando el amor termina o nunca existió, no hay nada ya que esperar. ¿Pero por qué querer retener un amor imposible, a un hombre o a una mujer a la fuerza?… Es mejor revestirse de fortaleza y coraje y luchar. Luchar por sí misma y, usted, que es una mujer de fe, que tiene el amparo de Dios, tiene los recursos para hacerlo. Muchas mujeres lo han hecho y han salido adelante, por dignidad y por sus hijos.

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