Cuando pudimos ubicarnos dentro de la sala, todavía tuvimos que esperar casi una hora adicional de retraso para que diera inicio la presentación de la comedia “Bien de Familia”, escrita y dirigida por el argentino Diego Beares, con un elenco, también argentino, de dos actrices y un actor, junto con ocho intérpretes guatemaltecos. Bien producida y con solvencia en la escenografía, la iluminación y el vestuario, la pieza tuvo la consecuencia (usual en nuestro medio) de arrancar carcajadas y risas nerviosas hasta en sus breves momentos de drama.
Lo que no resultó tan impresionante fue la pieza misma. Con obvios antecedentes de la talla de “Move over, Mrs. Markham” (de los británicos Chapman y Cooney), la particular matemática teatral que requiere una comedia de enredos estuvo ausente y con demasiada facilidad caía en lo predecible. Aunado a esto, recién empezada la obra, el recurso a efectos gastados tales como desnudos parciales (que no ayudan al argumento), a fin de “picar” al mojigato espectador guatemalteco en espera de “algo más” (pero que nunca se da conforme avanza la acción). Del mismo modo se suceden los también gastados tratamientos machistas, homofóbicos y racistas, para un final que llega de manera abrupta y poco satisfactoria. Sobre aquello, la dirección actoral no supo rebasar la duplicidad de “comento-lo-que-hago-mientras-lo-voy-haciendo” y no explotó el potencial de la compañía. El balance es interesante. Un esfuerzo bueno y exitoso en cuanto a mercadeo, pero bastante necesitado de profundidad y fuerza expresiva en cuanto a teatro.
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