En cambio, Birdman, del mexicano Alejandro González Iñárritu, que llegaba a los Bafta con 10 candidaturas, no logró ninguno de los premios grandes salvo el de mejor fotografía, que fue para el mexicano Emmanuel Lubezki.
La estadounidense Julianne Moore se llevó el Bafta a la mejor actriz principal por Siempre Alice, como pasó con el Globo de Oro, y está más cerca que nunca del óscar en su quinta candidatura a este prestigioso premio.
Otro tanto ocurre con Eddie Redmayne, el actor británico de 33 años que logró el Bafta por su interpretación del astrofísico británico Stephen Hawking, tras haber logrado el Globo de Oro.
“Los actores británicos son los mejores del mundo”, había dicho premonitoriamente en la alfombra roja el estadounidense Ethan Hawke, protagonista de Boyhood.
Hawking precisamente fue uno de los protagonistas de la gala, al entregar el premio a los mejores efectos especiales.