Esas pruebas realizadas sobre células y ratas demostraron que un compuesto del brócoli -que también se obtiene en las coles de bruselas o repollos- bloqueaba una enzima destructiva considerada clave en los daños que se producen en el cartílago.
Los expertos sostienen que ese vegetal resulta ser muy rico en nutrientes y sustancias como la glucorafanina, que se transforma eventualmente en otra llamada sulforafano, que a su vez repercute en la protección de las articulaciones afectadas por la enfermedad.
Según el citado canal británico, los voluntarios que participen en la investigación pasarán dos semanas sometidos a una dieta rica en una variante del brócoli, llamada Beneforte y que resulta de un cruce entre el brócoli común y una variedad salvaje de Sicilia (Italia).
Un total de veinte pacientes se alimentarán con Beneforte, mucho más rico en nutrientes que el brócoli común, y posteriormente pasarán por el quirófano para reparar sus rodillas.
Será entonces cuando los científicos observarán y analizarán el tejido cartilaginoso de la articulación para comprobar el impacto, si es que lo ha habido, de la ingestión continuada y abundante del vegetal, según esto.
Pese a que el período es un poco corto para permitir la aparición de grandes cambios, Davison espera que sea suficiente para vislumbrar alguna prueba de que el brócoli puede beneficiar a las personas. “Creo que aunque no remedie totalmente la artrosis, puede ser una forma de prevenirla”, subrayó.