Contra los antojos, imaginación. Un grupo de científicos de la Universidad Carnegie Mellon (Pittsburgh, EE. UU.) descubrió hace poco que, ante el deseo de comer chocolate y dulces, imaginarse tomando grandes cantidades de estos productos puede ser suficiente para calmar el apetito.
Beber agua para adelgazar. Un ensayo clínico presentado durante un encuentro de la Sociedad Americana de Química reveló que beber dos tazas de agua antes de comer ayuda a perder peso y combatir la obesidad.
Si no se come, no navegar. Comer delante de la pantalla de un videojuego o trabajando con la computadora puede aumentar el apetito a lo largo del día, fomentando el sobrepeso, según revela un trabajo publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition.
Los peligros de tomar solo proteínas. La Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas desaconseja el “método” o “dieta” de adelgazamiento propuesto por Pierre Dukan ya que no existen pruebas que sustenten que una dieta con un mayor contenido en proteínas ayude a la pérdida de peso y el consumo prolongado de dietas pobres en carbohidratos y ricas en proteínas se asocia con un incremento en la mortalidad.
Consumir pimienta roja. Según una investigación de la Universidad de Purdue (EE. UU.), consumir pimienta roja de Cayena puede “ayudar a reducir el apetito y a quemar más calorías de lo habitual después de cada comida, especialmente si no se suele consumir esta especia regularmente”, explica Richard Mattes, coautor del trabajo.
Atentos a las etiquetas. Leer las etiquetas de los alimentos ayuda a perder peso, de acuerdo con un reciente estudio de la Universidad Estatal de Washington publicado en la revista Journal of Consumer Affairs. Las mujeres entre 37 y 50 años son las que más han incorporado este hábito a la hora de hacer la compra.
¿Rápido o lento? Comer rápido, en comparación con hacerlo lentamente, reduce la segregación de unas hormonas que provocan la sensación de estar “lleno”. La reducción de dichas hormonas llevaría a comer en exceso y, por lo tanto, a engordar, según un estudio reciente.
Perder peso mejora la memoria. Además de adelgazar, cuando se pierde peso mejora la memoria y la capacidad de concentración, de acuerdo con una investigación de la Universidad Kent State (EE. UU.). Según Johns Gunstad, coautor del trabajo, muchos factores que acompañan a la obesidad -hipertension, diabetes tipo 2, apnea del sueño- están vinculados a daños en el cerebro, por lo que para el investigador es lógico que “si estos problemas desaparecen, la memoria funcione mejor”.