Escenario

60 años cumple biblioteca fundada por Luis de Lión en San Juan del Obispo, en Sacatepéquez

En las faldas del volcán de Agua existe un proyecto que por seis décadas ha llevado educación a los niños del área. Su fundador desapareció en la década de 1980, pero su legado se mantiene.

La Biblioteca Luis de Lión cumple 60 años y trabaja por llegar a más niños, niñas y jóvenes en la comunidad.   (Foto Prensa Libre: cortesía Proyecto Luis de Lión)

La Biblioteca Luis de Lión cumple 60 años y trabaja por llegar a más niños, niñas y jóvenes en la comunidad. (Foto Prensa Libre: cortesía Proyecto Luis de Lión)

El Obispo Francisco Marroquín hizo una residencia para su descanso en esta población, a un poco más de cuatro kilómetros de Antigua Guatemala.  Este lugar se fundó en la primera mitad del siglo XVI y se le denomina como San Juan Bautista de Guatemala. Un siglo más tarde, el nombre se modificó y quedó como se le conoce hasta hoy, San Juan del Obispo, en memoria al prelado Marroquín.

En este lugar pintoresco, lleno de historia y cuna del níspero nació el 19 de agosto de 1939 el  maestro y escritor José Luis de León Díaz, quien tomó el nombre literario de Luis de Lión.  Era el menor de cinco hermanos, pero tres de ellos fallecieron a causa de enfermedades respiratorias e intestinales debido a la situación socioeconómica de la familia.

Sus escritos y aporte a la educación es un trabajo arduo que transmitió en pocos años.  Su obra ha sido traducido a varios idiomas y su novela El tiempo principia en Xibalbá, es su obra cumbre.  También tiene una extensa producción en poesía, literatura infantil y cuentos.

Cursó la educación primaria en la Escuela para Varones Francisco Marroquín en su aldea natal y la concluyó en la Escuela para Varones Luis Mena de La Antigua Guatemala, en donde gracias a sus profesores de grado que observaron en el futuro escritor, interés y dedicación por sus estudios, pese a sus dificultades económicas y familiares, lo apoyaron para que pudiera obtener una beca que le permitiría continuar su formación secundaria y magisterial en el Instituto para Varones Antonio Larrazábal, (INVAL), en Antigua Guatemala.

En los años de 1960-1970, el escritor Luis de Lión, luego de graduarse como Maestro de Educación Primaria, decidió iniciar en solitario un Programa de alfabetización y promoción de la lectura en su aldea natal, San Juan del Obispo, con sus compañeros de generación, quienes no habían tenido la oportunidad  de estudiar.  Trabajó como maestro en diferentes departamentos de Guatemala.

Como resultado se conformaron círculos de lectura y estudio de temáticas como historia universal, literatura y cultura general, materiales que eran facilitados por la Biblioteca personal de Luis de Lión y por otras personas de la comunidad que se incorporaron a estas reuniones.  Este es el germen de la biblioteca comunal de San Juan del Obispo, fundada en 1962, que hoy lleva el nombre de su fundador.

La casa de Luis de Lión es un centro de la cultura en San Juan del Obispo, en Sacatepéquez. (Foto Prensa Libre: cortesía Proyecto Luis de Lión)

A través de La Biblioteca y del Comité Cultural de San Juan del Obispo, el escritor Luis de Lión promovió la existencia de grupos de teatro, charlas por parte de estudiantes de la Universidad de San Carlos acerca de nutrición, salud preventiva y reproductiva. Gestionó presentaciones de grupos de la ciudad en la aldea, de títeres, teatro y música. Motivó a jóvenes para que prosiguieran con sus estudios a través de la gestión de becas estudiantiles e incentivó a los padres de familia para que dieran la oportunidad a sus hijas mujeres de estudiar.

En 1975 junto al  maestro de teatro, también originario de San Juan del Obispo, Carlos García Vivar, creron el Grupo de Teatro Sanjuanero, ganador del Opus 1977.

Luego de la desaparición forzada del escritor el 15 de mayo de 1984,  el acervo bibliográfico que aún estaba en la Biblioteca de San Juan del Obispo debió al igual que muchos guatemaltecos existir en la clandestinidad y estuvo resguardado en las casas de varios de sus fundadores.

Es importante mencionar que se contaba con libros de historia y literatura universal, así como publicaciones seriadas de la época.

Una presencia ininterrumpida

La hija del escritor Mayarí de León González, a cargo de la biblioteca, comparte que la biblioteca es como su hermana mayor.  “Ni terremotos ni desastres naturales o la pandemia ha hecho que se detenga la labor de la biblioteca para dar su servicio a la comunidad y a quienes les guste leer (…) él era un gran lector, amaba los libros y quería que las personas los amaran también”, dice con emoción.

La biblioteca se ha ido transformando en conjunto con la comunidad, “hoy esta evidencia esa semilla que se sembró, los procesos educativos son largos y lentos para dar resultado y empezamos a ver estos cambios”, agrega De León.  La sexagenaria biblioteca actualmente pasó a formar parte del Proyecto Luis de Lión que incluye  La Academia Comunitaria de Arte de San Juan del Obispo, así como la Casa Museo.

La escuela aunque se especializa en marimba, también ofrece clases de violín, guitarra, dibujo y pintura. Se tiene un grupo de teatro comunitario integrado por jóvenes. Los conciertos de música y las presentaciones teatrales sirven para recaudar fondos para el proyecto.

Marimba Brisa del Hunapú del proyecto Luis de Lión. En el lugar se preparan a niños y adolescentes en distintas artes. (Foto Prensa Libre: cortesía Proyecto Luis de Lión)

La Casa Museo toma como eje la vida de Luis de Lión para dar a conocer a las nuevas generaciones el contexto histórico en el cual fue desaparecido. El espacio ha sido enriquecido con aportes de habitantes de la comunidad para rescatar la peculiar historia de esta aldea, una de las primeras fundadas por los españoles tras la invasión a estas tierras.

  “En toda Guatemala deberían existir proyectos como estos que enriquezcan a las comunidades y soñar con algo mejor para nosotros y para la sociedad en general”, agrega.  También comenta que hasta ahora no se ha tenido apoyo gubernamental ni municipal.  En 2004 se hizo un acuerdo de Estado para construir una biblioteca digna, lo único que se puso fue la primera piedra, pero el proyecto se estancó desde entonces.

“En este país el conocimiento y los sueños están lejos, una experiencia dura en estos 18 años a cargo de proyecto era pensar que todos los niños que llegaran a este lugar aspiraran a llegar a la Universidad y no ha sido posible con todos porque hace falta mucho trabajo y todos merecemos tener una mejor calidad de vida”, expresa con pesar la promotora cultural.

“He hecho míos los sueños de papá y me siento orgullosa de ser hija de una persona que luchó toda su vida por un país lleno de alegría y de sueños, algo que sigue siendo una utopía y a través de la biblioteca hemos apoyado a varios niños, niñas y jóvenes a estudiar, algunos han terminado la universidad y otros son personas productivas, con sus propias propuestas educativas o artísticas, es la mejor forma de compartir al mundo que mi padre era un ser valioso, como tantas personas que hoy nos hacen falta”, dice.

La  biblioteca ganó un premio de Q10 mil en la Feria Internacional del Libro de Guatemala, Filgua y gracias a ello, por primera vez se tienen dos computadoras y una impresora aunque todavía no se tiene internet porque hace falta el financiamiento.

Entre los avances y necesidades se han tenido este año actividades especiales por el aniversario.   Se salió a las pilas de la aldea y algunos parques cercanos a visitar con una biblioteca móvil para que los niños se acercaran a los libros.  “Aquí se dice que a los niños no les gusta leer, pero ¿cómo saber si le gusta leer si nunca ha tenido un libro bonito en las manos?”, dice, mientras comentan que los menores se sientan en petates y se emocionan al ver los libros.

Como parte de la celebración se ha recordado a personas que han sido excelentes dirigentes comunitarios y otras que han apoyado a la biblioteca, se han preparado conciertos y otras actividades para celebrar estas seis décadas.  Para cerrar este año se tendrán dos conciertos de marimba en diciembre.

Mayarí agrega que la pandemia ha golpeado demasiado el proyecto económicamente y no se cerró este año únicamente porque son 60 años de trabajo.   Se invita a las personas a conocer este proyecto y visitarlo en la 4a. calle oriente no.4, San Juan del Obispo.  “Queremos regalarle vivencias importantes a la comunidad a través de la experiencia e invitamos a todos a que se apoye cualquier proyecto cultural en el mundo que nos ayude al desarrollo de la niñez y la juventud para que reconstruya nuestro tejido social como la gran comunidad que somos”, concluye.

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.

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