Este sábado cumplirá 70 años de vida, cuya carrera ha sido una montaña rusa.

El talento lo lleva en las venas; es hija de la actriz Judy Garland, famosa por protagonizar El mago de Oz, y del cineasta Vincente Minnelli.

Su debut en la pantalla fue a los 3 años, cuando apareció junto a su madre en la película La novia incógnita, pero su carrera se formalizó en las tablas con la obra Best Foot Forward. Tenía 17 años.

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Quién iba a decir que dos años más tarde ganaría el premio Tony, a lo mejor del teatro, por su actuación en Flora the Red Menace, con lo que se convirtió en la actriz más joven en recibirlo. A este siguieron tres galardones más.

Paralelo a su trabajo en Broadway, Minnelli trabajó su carrera musical y a los 19 años grabó su primer disco.

En el cine también destacó. Con su segundo filme, El cuco estéril, obtuvo su primera postulación al Óscar, pero el éxito apareció cuando interpretó a una cabaretera del Berlín de la década de 1930, en el musical Cabaret. Por este papel ganó la estatuilla a mejor actriz y el Globo de Oro.

A esta siguieron 11 cintas más, como Nina, Arthur y The Oh in Ohio.

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En su vida no todo ha sido color de rosa. Varias veces se sometió a tratamientos de desintoxicación a causa de la bebida —la última en el 2015— a lo que se suma problemas de salud, como una encefalitis que casi la postró en una silla de ruedas.

Ante estos altos y bajos, Liza Minnelli siempre logró resurgir y sigue presentando teatro musical, su pasión.

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