Las nebulosas -nubes interestelares de polvo, moléculas, hidrógeno, helio y otros gases ionizados en los que están naciendo nuevas estrellas- tienen diferentes colores y extrañas y evocadoras formas.
La Nebulosa de la Gaviota -conocida formalmente como IC 2177- debe su sobrenombre a su forma, pues despliega sus alas con una envergadura de unos 100 años luz y se asemeja a una gaviota volando.
La compleja formación de gas y polvo que forma la cabeza de la gaviota brilla con intensidad en el cielo debido a la fuerte radiación ultravioleta que proviene, en su mayor parte, de una joven estrella brillante -la HD 53367, con veinte veces la masa del Sol- que podría identificarse como el ojo de esta ave cósmica.
Esta nube de gas y polvo está ubicada a unos 3.700 años luz de distancia de la Tierra.
La Nebulosa de La Gaviota se encuentra justo en el límite entre las constelaciones de Monoceros (El Unicornio) y Canis Major (El Can Mayor) y está cerca de Sirius, la estrella más brillante de la noche.