Escenario

Cinenfado: Nicole Kidman

En el cine ?made in USA? una cara bonita suele ser más apreciada que el talento.

Esta situación se hace más notoria en el caso de las actrices. Julia Roberts, por ejemplo, esperó varios años para que su capacidad fuera reconocida.

Otras actrices como Meryl Streep, Susan Sarandon, Sissy Spacek y Jodie Foster, aunque no les ha sido fácil, el reconocimiento les ha llegado antes que por su apariencia, por su indiscutible talento.

La carrera de Nicole Kidman sigue el patrón descrito con anterioridad. En sus primeros años, entre 1983 y 1989, tuvo que conformarse con ser la chica bonita, la acompañante del ?galán? de turno.

En 1990, durante el rodaje de ?Días de trueno?, conoció a Tom Cruise, con quien se casaría ese mismo año. Su matrimonio duró once años, y al parecer, durante este tiempo, su trayectoria fue opacada por la de Cruise.

El divorcio llegó en 2001; según parece, tal suceso fue el detonante para que todo su talento pudiera ser mostrado. Debutó en el cine en 1983, pero no fue sino hasta 1995 cuando se le vio el que, hasta entonces, fuera su mejor trabajo: ?To die for?, cinta dirigida por Gus Van Sant.

Después vinieron varios años de silencio, durante los cuales protagonizó filmes que no llegaron a trascender, entre ellos: ?The leading man?, ?The peacemaker?, ?Practical magic?, ?Eyes wide shut?.

Sin embargo, recién fue en 2001, cuando sus apariciones en ?Los otros?, de Alejandro Amenábar, y ?Moulin Rouge?, de Baz Luhrmann, le ganaron el reconocimiento del ?gran público? y de la crítica especializada.

Uno de los rasgos más consistentes en las actuaciones de Nicole Kidman es la mirada.

Sus ojos le confieren la dureza necesaria para interpretar papeles tormentosos, pero al mismo tiempo transmiten malicia y picardía, como se le vio en ?Moulin Rouge?.

A partir de entonces no ha parado de trabajar. Sus interpretaciones han dejado ver que no le importa sacrificar la estética de su figura, si el resultado final será una gran actuación, como en ?Las horas?, el gran filme de Stephen Daldry, en el que su interpretación de Virginia Woolf requirió de una radical transformación física, al grado de quedar irreconocible.

Su trabajo fue merecedor de los principales premios, incluido el de la Academia.

En 2003 ha trabajado en varios filmes, pero son sus actuaciones en ?Cold Mountain?, junto a Anthony Hopkins, y en la nueva propuesta de Lars Von Trier, ?Dogville?, las que se anuncian como sus mejores logros.

Los críticos la empiezan a poner, una vez más, en la carrera por el ?Oscar?. Esperemos que pronto lleguen a las salas de cine locales las mencionadas producciones.

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