Sin embargo, expertos italianos establecieron que sí existe una relación con el contagio, pero que este también está ligado al parentesco en las personas.
Hallazgo
El estudio analizó a 109 hombres y mujeres de diversas nacionalidades mediante el registro de los instantes en que emitían bostezos.
Los expertos observaron que las personas bostezaron más cuando se encontraban entre los miembros de la familia, y menos cuando se encontraban con amigos o extraños.
En ese sentido, los investigadores determinaron que la empatía y la familiaridad influye en que exista mayor número de bostezos en una persona; es decir, sí tiene que ver la cercanía emocional entre individuos que mantienen un parentesco y no por otros factores.