Escenario

Cuna de arte

Obras, conciertos, orquestas, marimbas y recepción de personalidades de la historia del país han hecho que el Teatro Municipal de Huehuetenango José Ernesto Monzón Reyna sea un recinto motivo de orgullo para los pobladores de esta localidad.

El techo está recubierto de madera. (Foto Prensa Libre: Mike Castillo)

El techo está recubierto de madera. (Foto Prensa Libre: Mike Castillo)

La construcción empezó en 1908, cuando el alcalde donó el terreno para su edificación, según el cronista huehueteco Arnoldo Tánchez.

Las paredes del teatro fueron hechas de adobe de tierra y piedra obtenidas del río Cuyumpá, situado en lo que ahora es la zona 7 de esa cabecera, además de cal artesanal.

La construcción, que tuvo un costo de Q365 mil, estuvo dirigida por Otto Cicig. El edificio, de estilo Neoclásico, se concluyó en 1912, pero fue formalmente inaugurado el 19 de diciembre de 1913. El mobiliario, adquirido en la mueblería Beten, de Antigua Guatemala, fue elaborado con madera traída principalmente de la Sierra de los Cuchumatanes.

De acuerdo con Tánchez, los primeros años se le conoció como Teatro Escolar y se realizaban festivales de poesía, teatro, comedias, oratoria, ciclos de cine mudo y sonoro, así como veladas culturales. En 1930 el espacio cultural pasó a ser municipal.

Algunos detalles

Mynor Herrera, encargado del Teatro durante los últimos 25 años, refiere que en el escenario se han presentado grupos teatrales locales, la Orquesta Sinfónica Nacional, agrupaciones de ballet nacionales y extranjeras, y en el palco de honor han asistido personalidades como presidentes y embajadores.

El 24 de octubre de 2008 el teatro fue bautizado como Teatro Municipal José Ernesto Monzón Reyna, en honor a este compositor huehueteco.

En la década de 1970 el recinto fue usado como gimnasio, lo cual causó indignación, por lo que un grupo de vecinos propició su restauración.

Mediante gestiones, la Dirección General de Obras Públicas llevó a cabo los trabajos que duraron de 1980 a 1985, cuando de nuevo abrió sus puertas y desde entonces se le ha dado varios usos que no precisamente están relacionados con la cultura.

La vecina Olga Alfaro asegura que el Teatro de Huehue, como se le conoce, es una joya arquitectónica que ha sido cuna para grandes artistas. Agrega que se han presentado festivales de poesía, pintura y literatura.

Alfaro dice que se siente orgullosa por contar con un lugar como este, ya que recuerda conciertos de orquestas y la presentación de grupos de ballet, que han significado un aporte importante para la cultura de este departamento.

ESCRITO POR:

Mike Castillo

Periodista de Prensa Libre y Guatevisión con 11 años de experiencia desde Huehuetenango. 5 veces corresponsal del año en Prensa Libre. Primer lugar de periodismo regional en Quetzaltenango. Periodismo Comunitario, Desastres Naturales y Política. Diplomado en Periodismo de Investigación.