El terremoto de 7.5 grados que sacudió Guatemala en esa madrugada dejó cerca de 23 mil muertos y un millón de personas damnificadas. En junio seguían los movimientos y el apoyo para salir de la catástrofe que marcó la historia del país.
Sin embargo, el Día del Maestro fue un día positivo ese año, aunque se indica que las celebraciones se efectuaron en un ambiente de austeridad. Entonces Guilermo Putzeys Álvarez era el ministro de Educación.
El presidente Kjell Eugenio Laugerud García condecoró con la Orden Francisco Marroquín a cinco maestros en esa oportunidad, entre ellos a María Caridad Martínez Mont viuda de Ruano, Esperanza Catalán de Vielman, Elvira Koller de Peter, Carlos Ricardo Cóbar Guerrero y Eleuterio Antonio Romero Palacios.
Romero Palacios (1925-2005) fue el primer maestro rural condecorado en la historia del magisterio guatemalteco.
La banda del Colegio San Sebastián interpretó el himno nacional y otras marchas marciales como parte de la celebración, que tuvo en el Palacio Nacional.
Hasta el 2022, más de 400 maestros han recibido ese prestigioso galardón, que cumple 60 años de haber sido creado mediante el decreto ley No. 51, el 17 de junio de 1963, como reconocimiento, símbolo de honor y dignificación para ser conferido a los educadores que se han distinguido en su profesión, dando ejemplo de trabajo abnegado y superación de la enseñanza.
Infraestructura
En 1976 más de 200 escuelas prefabricadas fueron donadas por la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) y fueron instaladas en 12 departamentos del área del desastre. Se esperaba con ello ayudar en la reposición de los edificios escolares destruidos. Guatemala recibió 55 escuelas; Sacatepéquez, 41; Chimaltenango, 53; Sololá, 27; Quiché, 21; Totonicapán, tres; Baja Verapaz, 12; Zacapa, 23; Chiquimula, cuatro; e Izabal y Jalapa, siete cada uno.
El ministro de Educación dirigió un mensaje desde Sacatepéquez, uno de los lugares más afectados por el sismo, y señaló que se trabajaba en tener vigente el sistema educativo.
Vida ejemplar
Eleuterio Antonio Romero Palacios fue escritor, poeta e historiador de Sololá. Quedó huérfano de padre en su niñez y terminó sus estudios de educación media gracias a una beca otorgada por el gobierno de Jorge Ubico Castañeda. Fue elegido en el magisterio nacional para estudiar en el programa La Escuela del Trabajo, del Instituto Interamericano de Educación.
Según datos proporcionados por su hijo Mario Alfonso Romero Ovalle, el docente trabajó en la Escuela Nacional Urbana de San Juan La Laguna, que apenas atendía los tres primeros grados, y él logró llevarla a la primaria completa. Después laboró en otras escuelas de la región en las cuales repitió esta experiencia.
Desarrolló campañas de alfabetización comunal e inspiró a la creación de grupos de jóvenes. El profesor Romero fue promotor de varios proyectos que influyeron en el desarrollo de diferentes comunidades.
Apoyó en diversos proyectos de introducción de agua entubada, campañas de letrinización, construcción de caminos vecinales y construcción de tanques de lavado público, entre otros.
