Para el actor la cinta, dirigida por James Mangold, es “la historia definitiva de Wolverine” para la que no quería hacer algo banal, sino “la película definitiva sobre este hombre” para que, al mirar atrás, uno “esté orgulloso” del personaje.
Jackman ha encarnado a su mutante durante los últimos 17 años en X-Men (2000), X-Men 2 (2003), X-Men: The Last Stand (2006), X-Men Origins: Wolverine (2009), X-Men: First Class (2011), The Wolverine (2013), X-Men: Days of Future Past (2014), X-Men: Apocalypse y, ahora, Logan (2017).
Logan, cuyo estreno en Brasil está previsto para el 2 de marzo, cuenta la historia de un envejecido Lobezno que debe proteger con la ayuda del profesor X (Patrick Stewart) a Laura, una niña mutante (la española Dafne Keen) perseguida por una organización criminal.
Pese a que esta es la última vez en que se enfunda las particulares garras de acero del superhéroe, Jackman comentó que no puede decir que “lo echará de menos” porque el personaje “siempre” está con él.
“Crecí con él. Forma parte de mí”, añadió.
En cuanto a la violencia que se muestra en la película, no recomendada para menores de edad, el actor cuenta que fue realizada así a propósito porque Lobezno “es un hombre que fue creado para ser un arma durante toda su vida”.
El australiano sorprendió en la mañana del domingo con un mensaje en portugués en las redes sociales en el que se dijo “feliz” de estar en Sao Paulo mientras tomaba su “primer 'pingado'”, nombre popular que recibe en Brasil el café con leche.
Recuperado de una nueva intervención de cáncer de piel, Jackman llegó a la capital paulista directo de presentar Logan en la 67 edición de la Berlinale, donde fue recibido con una fuerte ovación, a pesar de que la película no luchó por los Osos del festival.