Escenario

Últimos años de Arguedas es retratada por Alfredo Pita

Un José María Arguedas íntimo, rodeado de amigos y familiares, silencioso por momentos, pero también bromista y entrañable, recorre las páginas de "Días de sol y silencio. Arguedas: el tiempo final", un libro publicado en Lima por el escritor peruano Alfredo Pita.

Pita, autor de la novela “El cazador ausente” , ganadora en 1999 del Premio Internacional de Novela Las Dos Orillas, afirmó que decidió escribir este libro tras reconocer que “no había muchas personas que pudieran encargarse de la tarea”.

“Yo había tenido la suerte de estar cerca de José María Arguedas, en su casa, su cotidianidad, su amistad. El haber estado cerca de él y de su familia en torno a mis veinte años y el tener hoy la escritura como actividad principal, me ponía en una rampa de disparo inevitable hacia este libro”, explicó.

Alentado por los encargados del Fondo Editorial de la Universidad Garcilaso de la Vega, con motivo de la celebración del centenario del nacimiento de Arguedas  (1911-1969) , que se cumplió este año, el autor retrató los últimos años del escritor, que se suicidó en 1969.

Su libro ofrece, de esa manera, un acercamiento íntimo y poco conocido a la relación de Arguedas con su esposa chilena, Sybila Arredondo, y los hijos de ella, así como a los personajes que pertenecían a su entorno o lo buscaban por su reconocimiento.

Aporta además nuevos datos sobre una famosa polémica literaria que el escritor peruano mantuvo con el argentino Julio Cortázar poco tiempo antes de su muerte.

Pita señaló que su objetivo ha sido “hablar sobre todo del Arguedas vivo”  y “de algún modo…arrancarlo del culto, de los cultos, en que hoy sus sacerdotes lo veneran y lo están encasillando” .

Para Pita, Arguedas ha sido colocado como un “profeta del mundo andino, intérprete del alma quechua, héroe cultural y político de las masas oprimidas de nuestro complejo Perú”.

“También es el depresivo y el desesperado, con cuyas cartas íntimas y privadas hoy hacen su festín los aficionados a la psiquiatría literaria. Su suicidio parece autorizar todo tipo de rituales y excesos mórbidos en torno a sus despojos”, aseguró.

Recordó, al respecto, que hace unos años las autoridades de Andahuaylas extrajeron de manera casi clandestina sus restos de un cementerio de Lima “para organizarle una mausoleo que es a la vez tumba y altar de este tipo de religiones”.

“No sé qué hubiera pensado él de haberlo sabido o presagiado. De todo eso me he querido alejar en forma deliberada. He querido testimoniar, desde mi perspectiva, sobre el amigo, el maestro, el hombre”, enfatizó.

Más allá de eso, la celebración del centenario, señaló Pita, ha confirmado que Arguedas “ha dejado de ser solamente un escritor para convertirse hoy en un mito que contribuye, indudablemente, a la construcción del futuro hombre peruano, entelequia aún por lograr”.

“En mi libro, sin embargo, he querido hablar del hombre sencillo que fue, del ser que teniendo clara idea de sus responsabilidades cívicas, tuvo un discurso y una acción política discretos, pero cuidando siempre de estar lejos de luchas, diatribas y alharacas”, enfatizó.

Desde la cercanía de la amistad, Pita remarca que “José María fue un ser complejo, alegre, solidario, con sus problemas y sus dramas, y un ser lastimado, como tanto peruano”, al punto que “se mató al no poder neutralizar las raíces de su dolor”.