Escenario

Las diez principales figuras del medio siglo del rock argentino

El rock argentino festejará este lunes 50 años de la primera grabación de "La Balsa", el tema interpretado por Los Gatos que marcó el nacimiento de un género.

A continuación, una selección de diez músicos argentinos, algunos de ellos contemporáneos y otros descendientes de aquellos fundadores del rock en el país.

  • CHARLY GARCÍA

Es uno de los dos próceres del rock argentino. Grabó 47 discos en 48 años: desde 1969, cuando junto a Nito Mestre conformó “Sui Generis” hasta “Random”, última obra solista. A los 12 años obtuvo el título de profesor de música y Mercedes Sosa, al verlo tocar de niño el piano, dijo que sería el futuro Federico Chopin. Entre 1977 y 1982 integró Serú Girán, considerados los “Beatles argentinos”. De su etapa solista brillan “Yendo de la cama al living” (1982), “Clics Modernos” (1983) y “Piano Bar” (1984).

  • LUIS ALBERTO SPINETTA

El otro prócer. En 2007 la revista “Rolling Stone” situó entre los diez mejores discos del rock nacional dos de sus álbumes: “Artaud” (1973), grabado con su grupo Pescado Rabioso, y “Almendra” (1969), el primero de la banda que llevaba el mismo nombre. El “Flaco” Spinetta fue el más sensible e intelectual de todos los poetas del rock argentino. En sus letras se percibe la influencia de Jean Paul Sartre, Michel Foucault y el propio Antonin Artaud. Murió a causa de un cáncer en 2012. Por ley, cada 23 de enero, la fecha de su nacimiento, se celebra en Argentina el Día del Músico.

  • GUSTAVO CERATI

A mediados de los 80, casi 20 años después de “La Balsa”, Gustavo Cerati, al frente de Soda Stéreo (con Zeta Bossio y Charly Alberti) llevo el rock argentino a todo el continente y a España. Desde la admiración que tenía por García y Spinetta se convirtió en el único músico capaz de disputarles la categoría de máximos referentes; ellos, a su vez, lo elogiaban. Fue un músico completo. Para los especialistas, el más grande cantante del género y uno de los mejores guitarristas. En mayo de 2010 sufrió un accidente cerebro vascular tras un show en Venezuela. Después de cuatro años en estado de coma, murió en septiembre de 2014 a los 55 años.

  • ANDRÉS CALAMARO

A los 21 años se sumó como pianista a Los Abuelos de la Nada, una banda que había nacido, apenas después de la explosión de Los Gatos, de la mano de Miguel Abuelo, su cantante. En poco tiempo sus canciones se convirtieron en hits (“Sin gamulán” y “Mil horas”, entre ellas) y Charly García le produjo su primer álbum, “Hotel Calamaro” (1984). Llevó su carrera solista a España, donde en 1990 formó Los Rodríguez junto a su compatriota Ariel Rot y los españoles Germán Vilella y Julián Infante. La banda se separó en 1996 tras cosechar un éxito masivo con tres álbumes de estudio. Su influencia continúa hoy a ambos lados del Atlántico.

  • NORBERTO “PAPPO” NAPOLITANO

Si bien en 1969 se sumó como guitarrista de Los Gatos, la carrera musical de “Pappo” cobró una nueva dimensión dos años después cuando conformó Pappo’s blues. Junto al grupo Manal fue el precursor del blues argentino, aunque después también incursionó en el heavy metal con Riff. En 1993 “Pappo” actuó como telonero del guitarrista estadounidense B.B. King, quien quedó fascinado por su estilo y lo invitó a acompañarlo en varios de sus shows. Juntos se presentaron en el Madison Square Garden de Nueva York. “Pappo” murió en febrero de 2005 al accidentarse con su moto.

  • LUCA PRODAN

Hijo de un matrimonio ítalo-escocés, Luca Prodan llegó a Argentina, según dijo en varias ocasiones, para escapar de su adicción a la heroína. En 1981 conformó Sumo, una banda que cruzaba en sus canciones el punk, el reggae y la new wave. Sus letras alternaban el español y el inglés. “La rubia tarada” fue el primer gran éxito del grupo, que sólo tuvo tres discos. Prodan falleció en diciembre de 1987, a los 34 años, por una enfermedad hepática provocada por el alcoholismo.

  • FITO PÁEZ

A los 19 años llegó desde Rosario, ciudad ubicada a unos 300 kilómetros de Buenos Aires, junto a un grupo de músicos. La prensa de la capital argentina los llamó La Trova Rosarina. Fito Páez era el pianista y compositor de la mayoría de las canciones de un grupo que tenía como cantante a Juan Carlos Baglietto. Un año después grabó su primer disco solista (“Del 63”) y en seguida se sumó a la banda de Charly García. En “Giros”, su segunda placa, se encuentre quizá su mejor canción: “Vengo a ofrecer mi corazón”, traducida a decenas de idiomas. En 1992 su disco “El amor después del amor” se convirtió en el más vendido de la historia del rock argentino, con 230.000 unidades.

  • CARLOS “INDIO” SOLARI

Fue la voz y uno de los líderes de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, grupo surgido a fines de los 70 en la ciudad bonaerense de La Plata y que en las siguientes dos décadas se transformó en un fenómeno musical masivo. Sus tres primeros discos (“Gulp!”, de 1985; “Oktubre”, de 1986; y “Un baión para el ojo idiota”, 1988) se encuentran entre los mejores de Argentina. En 2001 Patricio Rey se separa y Solari inicia su carrera solista. En sus recitales logra reunir entre 300.000 y 500.000 fans.

  • LEÓN GIECO

Su ingreso al rock fue en 1973 con un disco en el que reproducía, con una guitarra y una armónica, el estilo de su admirado Bob Dylan. En los años siguientes se convirtió en un músico popular que alternó en sus composiciones el rock y el folklore argentino. Entre 1985 y 1986, junto a Gustavo Santaolalla, recorrió todo el país para grabar su gran obra “De Ushuaia a La Quiaca”, las dos ciudades ubicadas en los extremos sur y norte argentino. En ese álbum recogió todos los géneros musicales del territorio. La canción por la que se hizo conocido mundialmente es “Sólo le pido a dios”, lanzada en 1978 y que fue tomada como un himno a la paz.

  • FABIANA CANTILO

Es considerada la voz femenina más importante del rock argentino. A principios de los 80 integró diferentes grupos, entre ellos Los Twist, pero su reconocimiento público llegó como integrante de la banda de Charly García, que en 1985 le produjo su primer álbum (“Detectives”). Ese año conoció a Fito Páez, de quien fue pareja. Páez fue el productor de su disco más exitoso, “Algo mejor” (1991), con canciones como “Mi enfermedad”, de Andrés Calamaro y “Mary Poppins y el deshollinador”. En 2005 grabó “Inconsciente colectivo”, un álbum en el que versionó algunas de las canciones más populares del rock argentino.

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