La lectura a menudo ha llegado a percibirse como un ejercicio reservado al estudio o, en el peor de los casos, segmentado como un gusto exclusivo de personas “cultas”.

Lejos de los estigmas y los prejuicios desatinados, esta práctica tiene la facultad de asociarnos con nuevas posibilidades de conocimiento y recursos imaginativos. Estas yacen en una amplia zona de formatos donde destacan el papel y la virtualidad.

María Raquel Montenegro, directora de la Red para la Lectoescritura Inicial de Centroamérica del Centro de Investigaciones Educativas de la Universidad del Valle de Guatemala destaca la importancia de la transición de la lectura en la actualidad al ejemplificar que, muchas veces al leer en un dispositivo digital, en lugar de pasar las páginas de derecha a izquierda -como en un libro físico-, se ha pasado a deslizar los dedos abajo hacia arriba. Esto representa un cambio significativo, ya que implica concentración en la capacidad de entender diferentes tipos de textos y estructuras.

“Las habilidades de lectura son comunes en todos los formatos, pero cada uno requiere un enfoque diferente”, argumenta la directora de la Red para la Lectoescritura Inicial de Centroamérica.

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Montenegro también menciona que las formas en las que interactuamos con las lecturas han variado. Por ejemplo, la linealidad del texto tradicional se ha visto alterada en la virtualidad, así como la introducción de elementos como hipervínculos e hipertextos, han transformado la experiencia. Ahora, tenemos la opción de marcar partes del texto y volver a ellas con un solo clic.

Por otro lado, la especialista reflexiona sobre la gestualidad y la nostalgia del libro impreso, como el olor del papel y la sensación táctil de pasar las páginas. “El ritual asociado con la lectura de un libro impreso es significativo para muchas personas. Aunque el libro digital ofrece ventajas como los hipervínculos y  la lectura lineal”, señala.

Desde los clubes de lectura de la iniciativa cultural 30 Libros, su coordinadora Anita Aldana ha observado que la mayoría de los asistentes prefieren la lectura en papel. Según explica, la lectura en papel conecta más con los sentidos, activando estímulos y generando una mayor retención de información.

“Se percibe que la lectura en papel involucra más sentidos y se relaciona de manera más profunda con la experiencia de lectura. Por otro lado, la lectura digital se destaca por su capacidad de procesar una mayor cantidad de información en menos tiempo”, argumenta la coordinadora del espacio de lectura.

Aldanatambién señala que la lectura en pantallas es un desafío ya que, a diferencia de los libros físicos, la manipulación y la retroalimentación con el texto no son tan sencillas.

Además, apunta que la lectura digital puede llevar a una disminución de la capacidad de análisis y de la atención debido a la constante exposición a distracciones en los dispositivos como notificaciones, el llamado multitasking (multitarea) y las interrupciones externas. Para Aldana, esta situación puede conducir a una pérdida de productividad al no poder enfocarse en una sola tarea de manera eficiente.

“Leer nos hace más pacientes, nos ayuda a recordar mejor, a fijarnos en los detalles y a mantener la curiosidad. También nos permite imaginar diferentes escenarios a partir de un mismo texto, y para disfrutarla al máximo, se necesita una mente curiosa, abierta a cuestionar y a aprender constantemente”, comenta Aldana, quien no hace a un lado la importancia de la concentración.

María Raquel Montenegro explica que la importancia de una lectura varía según nuestro objetivo y comprensión al leer. Si buscamos información sobre un tema, lo relevante no es el formato, sino desarrollar las habilidades necesarias para comprender. “Al final, un buen lector es el que tiene la capacidad de exponerse a distintos tipos de textos y comprenderlos”, subraya la directora de la Red para la Lectoescritura Inicial de Centroamérica.

Montenegro agrega que la narración es esencial en la vida humana, ya que nos permite entender textos informativos y argumentativos. Destaca que la fluidez es clave al momento de leer, y hacerlo de forma continua ayuda a relacionar lo que leemos con su significado de manera más sencilla.

“Es importante acostumbrar nuestro ojo a leer más palabras para lograr esa fluidez. El objetivo también está en  generar interés en lo que estamos leyendo”, agrega la especialista.

Montenegro  señala que la narración es fundamental en la vida humana, ya que nos permite comprender textos informativos y argumentativos. Para disfrutar más la lectura, recomienda  elegir temas que nos interesen y nos motiven a leer.  Además, es importante preguntarnos por qué leemos, así como también monitorear nuestra comprensión para cumplir con nuestro propósito de lectura.

Anita Aldana sugiere, además de  tener una mente curiosa al leer,  utilizar técnicas como subrayar y hacer anotaciones en el texto. En el caso de la lectura digital, recomienda eliminar distractores, por ejemplo activar el modo avión en el dispositivo electrónico o utilizar un dispositivo de lectura específico (como los Kindle). También subraya la importancia de  cuidar la vista y evitar distracciones, como la música, que puedan interferir con la lectura.