Escenario

El maestro Juárez-Paz

El 23 de junio de 1993, habiéndolo propuesto como académico, tuve el honor de responder al "Discurso del doctor Rigoberto Juárez-Paz".

Esto en su ingreso como miembro de número a la Academia Guatemalteca de la Lengua, correspondiente de la Real Española.

En tal ocasión me permití recordar que el doctor Juárez-Paz es, además de filósofo, un excelente escritor. Por los años 80, cuando yo aún acudía a dar clases en la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos, en la carrera de Letras, cuando podía, me atrevía a asistir a las cátedras sobre filosofía que impartía el doctor. “Me colaba” como oyente. Por entonces estaba entusiasmada en escribir un libro de filosofía: Antropos o la Nueva Filosofía, que más adelante publicó la Editorial Universitaria. Pero quien me introdujo a esta disciplina fue, sin duda, el doctor Juárez-Paz, quien amablemente me permitía asistir a sus clases. He de aclarar que el doctor es un excelente profesor. La claridad de sus exposiciones lo llevaba a uno a comprender el tema filosófico que trataba.

En 1982 recibí una invitación de la Universidad de Iowa. Estaría en este país tres meses y su función consistía en que los maestros o escritores invitados pudieran desarrollar aquellos libros que tenían en mente. Dispuse escoger la filosofía y, consultando muchos libros, hice el esfuerzo por crear mi propia filosofía, cuya base era el mundo heleno antes de Sócrates, la filosofía de Nietzsche y el psicoanálisis freudiano. Claro que los filósofos académicos no estarían de acuerdo conmigo. Aún así continué mi trabajo. Aunque el doctor Juárez- Paz no admitía mis herejías, he de confesar que fue él el maestro que me ayudó más para penetrar aquellas obras filosóficas.

Lo cierto es que sin él, jamás hubiera podido escribir tal obra. Pero no es únicamente filósofo, también es literato. Por ello, en mi respuesta en su ingreso como miembro de la Academia Guatemalteca de la Lengua, expresé los siguientes conceptos: “No está de más señalar que, al ingresar el filósofo y literato guatemalteco Rigoberto Juárez-Paz a nuestra docta y venerable institución, adquiere esta un preclaro hombre de espíritu de amplia formación humanística, que ha demostrado, con su obra y su vida, laboriosas ambas y excelsas, poseer un insólito talento al entrelazar creación literaria y pensamiento filosófico.

Su continua búsqueda de la verdad en el individuo, más que en la sociedad, viene a ser, quizás, el único camino hacia la libertad, hacia una instancia de construcción y entrega a través de la palabra escrita. La fuerza de su obra radica en el desafío que muestra al penetrar, valientemente, en los más secretos recintos del ser humano…”. Como filósofo ha escrito múltiples ensayos. Como literato ya tenemos Cinco relatos contra el olvido.

En la actualidad nos entrega una nueva obra: Jicaro City, en donde reúne “una breve autobiografía del autor y una fracción de los muchos artículos que, durante años, publicó en elPeriódico, sobre una gran variedad de tópicos…”. Su pensamiento fundamental lo aclara: “He argüido que nuestro país está como MANDADO A HACER para un tal sistema de organización político-social. La gran diversidad cultural y geográfica del país lo exige, con la ventaja de que el artículo 224, División Administrativa, de la Constitución Política de la República, ya contempla otras formas de división administrativa del país”.

Además, ha sido vicerector y fundador de la Universidad Marroquín.

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