“No podemos decir que son endémicas o únicas de Costa Rica porque esta es la primera descripción que se hace. Es muy probable que, con el tiempo, se empiece a descubrir que están en otros países”, aclaró el director de ciencias del INBio, Jesús Ugalde, al diario local La Nación.
En total, durante este año, se descubrieron en el país centroamericano 26 nuevos tipos de insectos, 19 de plantas y ocho de hongos.
El inventario de biodiversidad costarricense incluye unas 500 mil especies, de las cuales el 75 % se puede percibir a simple vista porque son insectos.
Según los expertos, por esa razón, no extraña que la mayoría de especies descubiertas en este año hayan sido ácaros, abejones, moscas de fruta, avispas, piojos y mariposas nocturnas o polillas.
Es más, en cuanto a las avispas, se describió todo un nuevo género para la ciencia: Dentalion, que agrupa ocho especies.
Estas pequeñas avispas, de unos dos milímetros de largo, viven como parásitos en nidos de otras avispas y abejas.
Según Ugalde, otro de los hallazgos más importantes fue la mosca Anastrepha conflua, vinculada a los cultivos frutales.