Según la UICN, la especie suele reproducirse cerca de quebradas en zonas montañosas y sus poblaciones han caído drásticamente hasta en un 80 por ciento.
La reaparición de la rana fue documentada por el investigador Brian Kubicki, del Costa Rican Amphibian Research Center, quien encontró una población de rivularis en las faldas del volcán Turrialba, unos 60 kilómetros al este de San José.
La Isthmohyla rivularis era una especie común en Costa Rica y la región noroeste de Panamá, pero a finales de los 80 desapareció de sitios montañosos como Monteverde, Tapantí y Las Tablas (Pacífico) pero reapareció en la reserva de Monteverde en el 2007 y cerca del volcán Barva, al norte de San José, a principios del 2012.
Para Kubicki, lo llamativo de esta situación es que la rana apareció en un rango altitudinal diferente, siempre en ecosistemas de montaña, pero más alto de lo que se creía.
El desplazamiento podría deberse, de acuerdo con el herpetólogo Alan Pounds, al cambio climático.
No obstante, Pounds manifestó que aún hace falta información para decir con certeza que esa sea la razón en este caso específico.