Escenario

Rigoletto cautiva a guatemaltecos

Con teatro lleno se presentó tragedia de Verdi  en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias.

El escenario giratorio permitió que el ambiente cambiara completamente en pocos segundos. (Foto Prensa Libre: Estuardo Paredes)

El escenario giratorio permitió que el ambiente cambiara completamente en pocos segundos. (Foto Prensa Libre: Estuardo Paredes)

Artistas nacionales e internacionales dieron vida a la ópera Rigoletto, del compositor italiano Giuseppe Verdi, que se presentó el sábado último, con un lleno total en la sala Efraín Recinos, del Gran Teatro Nacional.

Los espectadores aplaudieron constantemente las intervenciones de cada cantante, especialmente cuando salía a escena el tenor guatemalteco Mario Chang en el papel de Duque de Mantua, considerado uno de los mejores artistas nacionales del bel canto.

Espectacular montaje

Una plataforma giratoria de más de 25 metros de diámetro que cambiaba escenas conforme avanzaba la ópera fue  parte de la coreografía de esta obra, que  también contó con  las voces de la guatemalteca María José Morales —soprano—, en el papel de Gilda, y  el cubano-estadounidense Nelson Martínez —barítono—, como Rigoletto. El elenco principal lo completaron Sava Vemic, de Serbia, y Gina Perregrino, de Estados Unidos.

En esta única presentación brilló con luz propia la orquesta  dirigida por el maestro israelí Nimrod David Pfeffer. El ensamble entre los actores y la música tuvo un particular romance cuyo resultado fue una tragedia musical muy bien sincronizada, al estilo particular de los trabajos de Verdi.

“Buscamos una compañía de ópera de primer orden para Guatemala, y este es el primer paso”, dijo Chang en una entrevista reciente.

Las escenas transcurren con un montaje inspirado en la época  renacentista, que cambió  según los requerimientos.

Esta ópera de Verdi tiene una característica escénica especial, pues es un montaje de largo aliento a pesar de que tiene tres actos, pero estos transcurren completamente hilvanados.

Derroche de talento

Como en las grandes salas del mundo, las voces de esta ópera no tuvieron ayuda de un sistema de amplificación electrónica, por lo que el espectáculo resonó de manera natural.

La interpretación de Nelson Martínez, como Rigoletto, se apoderó de los aplausos. Su voz de barítono, clara y definida, fue justa para el esfuerzo de mantener la calidad vocal que exige el personaje.

Chang fue la figura de la noche. Esperado por el público, apareció desde las primeras escenas para representar la alegría y algarabía del duque que con su canto  transmitió en todo momento los sentimientos del personaje, desde la seducción hasta la tristeza.

La ovación del público reconoció la calidad de la ópera, por ser además una presentación exclusiva.

Detalles relevantes

  • El montaje de Rigoletto duró un mes. 
  • La escenografía, el vestuario y la utilería representaban la época renacentista.
  • A la presentación acudieron funcionarios del Gobierno, como el presidente Jimmy Morales y el vicepresidente Jafeth Cabrera.

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