“No buscamos la palabra más bonita ni la más original o novedosa. Queremos que nuestra palabra del año, además de estar relacionada con la actualidad y, por tanto, haber estado muy presente en los medios, tenga un cierto interés lingüístico, ya sea por su formación o por la fuerza de su penetración en el lenguaje común”, explica el director general de la Fundación, Joaquín Muller.
“Elegimos, así pues, entre palabras que, por su novedad, proceso creativo o adaptativo, por su reaparición o recuperación hayan sido objeto de alguna de las más de trescientas recomendaciones que la Fundéu BBVA ha lanzado a lo largo del 2014“, ha añadido.
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El fenómeno de las fotos que los ciudadanos se toman a sí mismos, en general con dispositivos móviles, y que luego suelen compartir en redes públicas o privadas ha hecho furor en los últimos años en todo el mundo.
No en vano, selfie, el término inglés con el que se conoce a este tipo de imágenes, ya fue elegido palabra del año por los editores de los diccionarios de Oxford en 2013 después de calcular que su uso entre los angloparlantes había crecido ese año en un 17 mil por ciento.
La Fundéu BBVA, en su labor de promover el buen uso del español en los medios, aconsejó ya en diciembre del 2013 posibles alternativas al anglicismo de moda: “autofoto” o la ya consolidada “autorretrato”, palabras bien formadas en español y que pueden ser útiles para evitar el abuso del término inglés.
“Pero la lengua española cuenta con más recursos, además de la creación o elección de alternativas, y uno de ellos es la adaptación a nuestro sistema ortográfico de palabras que vienen de otras lenguas”, explica Muller.
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Así, en octubre del 2014 la Fundéu propuso “selfi”, sin la “e” final del original inglés, como adaptación válida al español. En su recomendación sobre ese término, se explicaba que el plural adecuado es “selfis” y que, en tanto el uso mayoritario se decante por el masculino o femenino, puede considerarse una palabra ambigua en cuanto al género (“el/la selfi”), como “el/la mar”, “el/la armazón” y otras muchas.
“La evidencia del uso abrumador del anglicismo selfie nos hizo pensar que, sin renunciar a nuestro consejo anterior para emplear “autofoto”, sería bueno proponer una adaptación, que además en este caso no ofrecía problemas desde el punto de vista de la pronunciación ni de la representación gráfica”, añade Muller.
Esa doble propuesta (“selfi” y “autofoto”), explica, no es rara en el español y se da por ejemplo en términos tan conocidos como “fútbol” y “balompié”, adaptación y alternativa respectivamente de la palabra inglesa “football”, que conviven desde hace décadas en nuestro idioma.
La combinación entre esos factores lingüísticos y la manifiesta actualidad del término es lo que ha llevado al equipo de la Fundación a elegir finalmente “selfi” como palabra del año 2014.
Antes, los filólogos y periodistas que trabajan en la Fundéu BBVA habían hecho una primera selección de doce términos de acuerdo con esas mismas condiciones en la que, además del elegido, figuraban otros también relacionados con las redes sociales y la extensión del uso de la telefonía móvil, como “nomofobia”, el neologismo que designa el miedo a no estar conectado, o “apli”, el acortamiento de “aplicación” propuesto como alternativa a “app”.
El mundo del deporte aportó a la lista “árbitra”, un femenino cada vez más usado, y el de la economía, “impago”, la palabra que en español sustituye con éxito al anglicismo “default”.
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El verbo “abdicar” estuvo en las primeras páginas de todos los medios y suscitó algunas dudas sobre su uso (¿se abdica “el trono” o “al trono”?), igual que sucedió con otras palabras como “ucraniano” o “ébola”.
La lista la completaban “superluna”, la novedosa “postureo” y dos términos que han llegado este año al Diccionario académico por diferentes razones: “dron”, ese aparato volador que parece abrir nuevas posibilidades en muchos campos, y “amigovio”, una voz común en varios países de América para referirse a las personas que tienen una relación de menor compromiso formal que un noviazgo.