Escenario

Sinfonía del futuro en colonia La Libertad, zona 13

Las notas musicales llegan como bocanadas de aire fresco al atravesar, en horas de la tarde, las puertas del Centro Educativo San Judas Tadeo, colonia La Libertad, zona 13.

Con ellas, chasquidos y voces que tararean al compás de los acordes y que corrigen alguna que otra nota ligeramente fuera de tono.

Al llegar a la puerta de un aula, cerca de 10 niños y jóvenes interpretan una melodía con sus violas, frente a una maestra —tallerista— que da indicaciones. Esto se repite en otros salones de clase llena de estudiantes con otros instrumentos clásicos de cuerdas.

Esta es la labor del Sistema de Orquestas de Guatemala (SOG), que funciona desde junio del 2012 y que tiene por objetivo formar buenos ciudadanos y mejores personas a través de la música, y en el que hasta el momento participan 150 niños y jóvenes, entre 4 y 19 años.

“No esperamos hacer grandes músicos, lo que buscamos es hacer mejores personas. Que estos niños y niñas aprendan valores a través de la práctica musical. De inmediato se empieza a ver un cambio positivo en ellos, que se contagia a sus familias”, explicó Luis Mijangos, coordinador académico de SOG.

Réplica inspiradora

El Sistema intenta repetir el impulsado en Venezuela por el maestro José Antonio Abreu, que hoy cuenta con varias orquestas y la participación de 400 mil niños y jóvenes. También se ha imitado en varios países, y Guatemala comienza con esa ardua labor, que busca el desarrollo, el fomento de valores y la inclusión de los niños y jóvenes más vulnerables del país por medio de la práctica colectiva de la música. La meta para este año es llegar a 300 participantes.

“Para los padres de familia es un orgullo que sus hijos e hijas tengan esta oportunidad. Están agradecidos y también representa un gran apoyo económico”, expresó Susy Rodríguez, directora ejecutiva de SOG.

Metodología

Ese grupo de 150 participantes, divididos entre la orquesta de cuerdas, el coro y el programa preinfantil, es el primer núcleo que trabaja el SOG que cuenta con un equipo administrativo de tres personas, más los cinco talleristas —profesores—, un coordinador académico, un psicólogo y una directora.

“La idea es que estos niños o jóvenes lleguen a ser también talleristas, para que el programa siga creciendo y podamos llevarlo a otros sectores vulnerables”, expuso Rossana Paz, tallerista y directora.

El programa se divide en dos grandes etapas. La primera es la de iniciación, que dura cerca de dos meses, en los que se imparte práctica coral y solfeo. Se identifican las aptitudes de los inscritos y su interés por determinado instrumento musical.

La segunda etapa es con instrumentos que se proporcionan al niño o joven en calidad de préstamo. Deben firmar un contrato y hacerse responsables de este. A partir de entonces las clases se dividen en dos: las grupales con cada fila —viola, violín, violoncello y bajos— y luego se junta toda la orquesta de cuerdas para practicar juntos.

El coro también recibe preparación y ha crecido de 13 a 30 integrantes.

Para los preinfantiles —de 4 a 7 años—, las clases son lúdicas y de introducción a la música, todo sin ningún costo para los participantes.

Apoyo

Como parte del Proyecto de Prevención de la Violencia en Guatemala, Usaid fue el principal financista hasta diciembre del 2013.

“El 2014 es incierto. Tenemos una junta directiva, y ellos ya están aportando dinero. También tenemos dos empresas patrocinadoras, pero ya estamos creando un sistema de apadrinamiento de instrumentos”, explicó Rodríguez, quien afirmó que están abiertos a más apoyo de empresas que crean en ellos.

Teléfonos SOG: 2251-5599
infosog@gmail.com
ganavisca.sog@gmail.com

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