Escenario

Vendió su premio de cine para comprar comida

Galardonado con el premio a la mejor interpretación masculina en el festival de cine de Berlín en 2013, el actor gitano de nacionalidad bosnia Nazif Mujic explicó que había tenido que vender su Oso de Plata porque no conseguía alimentar a su familia.

“Vendí, en primer lugar, mi viejo carro; después, algunos objetos personales, y luego le llegó el turno al Oso”, dijo Nazif Mujic, de 47 años, en una entrevista telefónica que realizó desde su pueblo, Svatovac.

Fue premiado en Berlín por haber interpretado un papel de sí mismo en Un episodio en la vida de un chatarrero, del director bosnio Danis Tanovic.

La decisión de vender el trofeo fue “muy difícil”, según él. “Pero mis hijos no tenían casi nada para comer desde hace tres días”, dijo.

A finales de diciembre, publicó un anuncio en internet en el que pedía US$6 mil. Aceptó los US5 mil del jefe de un bar local, Senadin Cosic, explicaron.

“No soy ningún coleccionista y he comprado la estatuilla, sobre todo, para ayudar a Nazif. Es un hombre enfermo que no puede trabajar y debe alimentar a sus tres hijos. El Oso está en mi casa, pero voy a donarlo a un museo”, declaró Senadin Cosic.

A su vuelta del festival, el actor fue recibido en su localidad como un héroe. Muy rápido, cayó en el anonimato y la pobreza. En 2014, le rechazaron su solicitud de asilo en Alemania.

Diabético insulinodependiente desde hace tres años, asegura que su familia sigue subsistiendo gracias a la colecta de chatarra: “Aporto 6 o 7 marcos al día [US$5]”.

La película también fue distinguida con el Gran Premio del jurado. Cuenta la historia verdadera de su esposa, a quien se le negó un tratamiento médico tras un aborto.

Con el dinero de la estatuilla, Mujic, que tiene un hijo de 5 años y dos hijas de 8 y 10 años, dice que ha pagado las deudas que tenía con la compañía eléctrica y en una tienda.

También afirma haber comprado un billete de autobús para la próxima edición del festival de Berlín, del 9 al 19 de febrero. “Quiero contar la historia de mi familia desde la recepción del premio”.

También quiere presentar otra solicitud de asilo en Alemania. “Espero que sea aceptada. Sólo quiero que mis hijos vivan con normalidad”.

Entre 50.000 y 75.000 romaníes viven en Bosnia. Según la oenegé Atlantska Inicijativa, sólo el 5% de ellos tiene un empleo oficial.

En un informe de 2016, la organización Human Rights Watch denunciaba “una discriminación generalizada, en el empleo, la educación, la representación política” de los gitanos.

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