A pesar de lo que se dice, algunas grasas son realmente buenas para su cuerpo pues favorecen la salud del corazón, aumentan los niveles de colesterol bueno, lo que disminuye las probabilidades de sufrir una enfermedad cardiaca.
Cuál es la función de las grasas
Son sustancias químicas que están presentes en muchos alimentos, las grasas proporcionan energía al organismo y ácidos grasos esenciales, además realizan funciones estructurales y reguladoras pues permiten asimilar fácilmente la vitamina A, D, E y K. Hay que estar conscientes de la cantidad y los tipos de grasa que consumimos a diario ya que nuestro cuerpo las necesita.
El Departamento de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, indica en el estudio Perjuicios y Verdades sobre las Grasas, que el consumo de grasas es esencial para la vida y destaca que la ausencia de este nutriente en la alimentación puede afectar la salud de piel, retención de líquidos e inclusive la fertilidad.
La nutricionista Mayra García, indica que “es posible comer sano y rico al mismo tiempo, lo esencial es mantener una alimentación balanceada y realizar actividad física de forma regular”. Asimismo, enfatiza que no hay alimentos buenos o malos solo dietas desequilibradas.
Tipos de grasa en la alimentación
La calidad de las grasas que se consumen diariamente es de gran importancia para lograr una alimentación saludable.
Existen grasas conocidas como “buenas”, esenciales para el desarrollo y beneficiosas para la salud, las grasas insaturadas monoinsaturadas (Omega-9) presentes en el aceite de oliva y palma y poliinsaturadas (Omega-3 y Omega-6) presentes en el pescado, aguacate, aceite de soya, frutas secas, semillas de girasol y chía.
Comer un aguacate al día ayuda a controlar el colesterol
Por otra parte, se encuentran las grasas saturadas y las grasas trans que en grandes cantidades aumentan el colesterol y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
García, indica que “diversos estudios han demostrado que existe una percepción errónea acerca del consumo de grasas en la alimentación. Al contrario de esta creencia no todas las grasas son perjudiciales para la salud”.
Obesidad no implica estar mal de salud
“Las grasas insaturadas son esenciales para la vida, por este motivo, es de gran importancia la calidad de las grasas que se consume (más que la cantidad) y apostar por la sustitución de grasas saturadas por grasas insaturadas en la alimentación”, puntualiza.
Un estudio realizado por el Hospital de Brigham y de Mujeres y las Instituciones Médicas de Johns Hopkins demostró que el reemplazo de carbohidratos con grasas insaturadas favorecen la salud del corazón y aumenta los niveles de colesterol bueno.
Adicional el estudio destaca que las grasas insaturadas reducen el riesgo de sufrir enfermedades arteriales, cardiovasculares, inflamatorias y algunos tipos de cáncer además llevan a niveles más bajos de presión arterial, lo que indica que tienen un efecto protector sobre el corazón.
Por su parte la Organización Mundial de la Salud indica que la ingesta máxima de grasa total en la alimentación debería ser de entre el 30 por ciento y 35 por ciento del total de la energía diaria para personas adultas y la ingesta mínima del 15 por ciento para la mayoría de los individuos. Por su parte la ingesta de grasas trans debería ser menor al 1 por ciento del total de calorías consumidas diariamente.