Vida

Hipotiroidismo y embarazo

Frecuentemente se escucha hablar de la tiroides, pero muchas personas desconocen la función de esta glándula y los problemas que podría conllevar el que no trabaje en forma correcta.

La glándula  tiroides tiene forma de mariposa y  se localiza en la base del cuello, junto al cartílago tiroides, sobre la tráquea. Pesa entre 15 y 30 gramos en el adulto.

La glándula tiroides tiene forma de mariposa y se localiza en la base del cuello, junto al cartílago tiroides, sobre la tráquea. Pesa entre 15 y 30 gramos en el adulto.

“La tiroides es una glándula localizada en la parte inferior del cuello. Tiene forma de mariposa y secreta dos hormonas —T3 y T4— que regulan de alguna manera la velocidad con que el cuerpo o el metabolismo trabajan”, explicó ayer el endocrinólogo Leonardo Pimentel, en el programa El Consultorio, que se transmite por www.prensalibre.com.

Cuando la concentración de estas hormonas no es la correcta, los procesos del cuerpo se van a ver afectados. Si la producción y secreción de estas hormonas es excesiva, se conoce como hipertiroidismo —es menos frecuente y más fácil de diagnosticar—, y cuando es insuficiente, se le llama hipotiroidismo. Este se puede desarrollar durante el embarazo, y si no es tratado puede tener consecuencias negativas.

“Diagnosticar el exceso de hormonas es relativamente más fácil porque las personas van a estar con nerviosismo, con ansiedad, van a tener pérdida de peso y van a estar aceleradas. Lo contrario sucede cuando la glándula trabaja menos —hipotiroidismo—. En este caso es más difícil de diagnosticar porque los síntomas son menos claros y se suelen confundir con muchos problemas del diario vivir: depresión, intolerancia al frío y resequedad en la piel. Entonces tarda un poco más que se haga el diagnóstico correcto”, afirmó Pimentel.

Causas

Hay varios factores que pueden causar el hipotiroidismo, pero los dos más frecuentes son la autoinmunidad y la falta de yodo. “Con la autoinmunidad es el propio cuerpo el que ataca la glándula de la tiroides y la va destruyendo muy lentamente hasta que eventualmente es insuficiente para poder trabajar. Con la insuficiencia de yodo, gracias a la yodificación de la sal, ha disminuido bastante, aunque aún se ve en personas de la provincia, principalmente”, dijo el experto. Agregó que la deficiencia puede estar relacionada con haberse sometido a cirugía por algún problema tiroideo o haber recibido radioterapia en la cabeza o el cuello.

Esta enfermedad es más común en las mujeres y se desconoce por qué. Se calcula que cuatro mujeres por cada hombre padecen hipotiroidismo. También están en riesgo las personas que padecen enfermedades autoinmunes, las mujeres embarazadas, personas de mayor edad —la proporción se incrementa— y el tener algún familiar con problemas en esa glándula.

Embarazo

Durante el embarazo se presentan muchos cambios físicos y emocionales, entre estos los niveles de hormonas tiroideas. El hipotiroidismo en esta etapa es una condición de mucho interés, ya que las repercusiones pueden ser muy significativas, tanto para la madre como para el bebé.

“Durante las primeras 12 semanas de embarazo, la función de la glándula de la madre tiene que suplir por completo los requerimientos de ella y del bebé, entonces, si la glándula está a su límite de funcionamiento, con estas demandas incrementadas no podrá suplir estas necesidades”, indicó Pimentel.

Si durante el embarazo no se trata este padecimiento, las repercusiones para la mujer podrían ir desde un incremento de la presión al final del embarazo —preeclampsia— hasta una pérdida. Para el bebé, puede que al momento de nacer presente problemas respiratorios; son niños que crecen menos y hasta pueden tener un deterioro en los índices de desarrollo neuropsicológico.

Pruebas

De acuerdo con el experto, el dato más importante es lo que el paciente le cuente al médico sobre las molestias que siente. Eso encenderá las alarmas de por dónde puede estar el problema.

Los exámenes que se suelen prescribir —mediante una muestra de sangre, en ayudas— son el de la hormona TSH —se segrega en el cerebro y es la encargada de ordenar a la tiroides a qué velocidad debe trabajar—, la T3 y la T4, además de anticuerpos contra la tiroides. “Estos son los ideales, pero si por presupuesto no se puede, con la TSH y la T4 podemos hacernos una buena idea”, explicó.

Soluciones

El tratamiento para este padecimiento es uno solo para todos los hipotiroidismos cuando son permanentes y lo que se debe hace es reemplazar la producción de la hormona tiroidea que está haciendo falta, la T4. El medicamento es levotiroxina y es idéntica a la que el cuerpo produce. Lo que varía en cada paciente es la dosis dependiendo la edad y el requerimiento de cada paciente.

Prueba  personal

Al responder afirmativamente a cinco de estas aseveraciones  existe la posibilidad de padecer hipotiroidismo.

Mi cerebro funciona con menor eficiencia. Se me nubla el pensamiento. Me cuesta concentrarme y tengo mala memoria.

Me siento cansado/a y con sueño la mayor parte del tiempo, con pocas energías y sin ganas de hacer las cosas.

Me doy cuenta de que tengo muchos pensamientos negativos y me siento deprimido/a.

Mis movimientos y reflejos se han vuelto mucho más lentos.

Mi nivel de colesterol ha aumentado.

Parece   que todo en mi organismo se hubiera puesto lento, incluyendo el tránsito intestinal y mi metabolismo. He aumentado de peso.

Tengo frío la mayor parte del tiempo, aun cuando los otros se sienten a gusto con el clima.

Mi piel se ha tornado seca, pálida, y parece infiltrada; tengo el cabello y las uñas quebradizos.

Siento rigidez y dolor de músculos y huesos, y las manos, entumecidas —dormidas—.

Mi presión diastólica ha subido y mi frecuencia cardiaca está lenta.

Cifra

4 de cada   10 personas mayores de 65 años tienen hipotiroidismo.

Algunos Síntomas

No se manifiestan igual en todos los pacientes; algunos son asintomáticos.

Cansancio o  fatiga

Depresión

Caída del cabello

Piel seca

Uñas quebradizas

Baja memoria

Estreñimiento

Intolerancia al frío

Reflejos lentos

Bocio (tiroides agrandada), aunque esto ya no es tan frecuente en la actualidad

Aumento de peso

Ritmo cardíaco bajo —menos de 60 latidos por minuto—

Rigidez muscular y dolores frecuentes

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