Las regiones corporales más comprometidas a los accidentes por pirotecnia son las manos (40%), los ojos (20%) y la cabeza o cara (20%). Un gran porcentaje de las heridas oculares provocan ceguera permanente.
Las lesiones en los oídos resultan porque el estallido de los cohetillos alcanza niveles de ruido tan altos que pueden provocar daños irreversibles.
Entre las recomendaciones que emite Prociegos se encuentra no comprar o utilizar pirotecnia clandestina o sospechosa de defectos. “La pirotecnia más peligrosa son los petardos, volcancitos, candelas, bombas de estruendo, luces y silbadores”, indica.
El producto ideal requiere una mecha que tarde en quemarse no menos de 3 y no más de 9 segundos, no adquiera productos que no tengan impreso las instrucciones para uso, no toque los productos que estallaron o que estén aparentemente apagados, ni trate de re encenderlos, no guardarlos en las bolsas de la ropa ni en contacto de fósforos o fuego, no guardarlos o estallarlos en o dentro de recipientes de plástico, metal o vidrio.