“La gente tira cosas al escenario durante todo el show y las saco para que nadie salga lastimado. Pensé que era una camiesta”, explicó el astro canadiense del pop.
Bieber, que no hace referencia a la polémica causada por la suspensión del segundo de sus conciertos en la capital argentina debido a una “intoxicación alimentaria severa”, aseguró que “nunca haría nada para faltarle el respeto a Argentina, a su gente, y a sus fanes”.
“Me encantó el tiempo que pasé en Argentina, y espero regresar. Di todo de mí y sé que los fanes también. Los amo”, afirmó.
El cantante de hits como Baby, Satisfaction y Never Say Never, de gira por Latinoamérica con el Believe Tour, llegó al país sudamericano hace una semana para ofrecer un concierto en Córdoba y dos en Buenos Aires.
Durante su estancia en el país, Bieber se peleó con fotógrafos a la salida de un restaurante de la capital argentina y se mudó a un barrio cerrado al norte de la capital para evitar el acoso de sus admiradores.
El astro juvenil, de 19 años, actuó por primera vez en Argentina en 2011.