Del mismo modo, el torero también representa a un hombre que se adapta a los tiempos actuales y que, a la vez, reniega de perder sus raíces. Precisamente las cualidades que debe tener el hombre que inpira la fragancia 7 de Loewe.
La lucha entre opuestos ha llevado a la firma de perfumes a realizar una apuesta arriesgada y alejada de las construcciones olfativas a las que nos tiene acostumbrados.
Siete Loewe ha conllevado un proceso de elaboración complejo que ha derivado en una fragancia con 7 únicos ingredientes, como no podía ser de otra manera.
Cada uno de los ingredientes representa los valores que se identifican en la fragancia y que a la vez son los valores del hombre contradictorio.
La pasión se representa en Siete Loewe a través de un compuesto a base de Rosa, Muguet y Nerolí de Marruecos. La valentía al igual que la fuerza, se sienten en la esencia de Baya de pimienta.
Tanto el valor humano como el divino, se plasman en el Absoluto de incienso, mientras que la espiritualidad, al mismo tiempo que la soledad, se encuentran en el Cedro del Atlas de Marruecos.
Se percibe ese juego entre la vida y la muerte a través de la esencia de la Manzana roja, mientras que el orgullo se encuentra en el Musk, finalizando con el Vetiver, que representa el arte y la tradición.
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