En América, un 20 por ciento de las familias deciden tener un solo hijo, aseguró ayer la psicóloga clínica Claudia Cuyún, invitada a El Consultorio, que se transmite martes y jueves por www.prensalibre.com, y esto puede responder a varias razones.
“Hay padres muy conscientes y toman la decisión, pensando en que quieren lo mejor para el niño y que si tienen otro hijo no podrán ofrecerle todas las buenas oportunidades que desean, por cuestiones económicas, o bien son honestos con ellos mismos y saben que no están dispuestos a dar de su tiempo y de su vida para otros hijos; entonces quieren concentrar su atención, su amor y sus expectativas solo en uno”, explicó la profesional.
Características
Cuyún indicó que no se debe olvidar que “hay una teoría que explica que el orden en el que nacen los hijos tiene una gran influencia en sus actitudes y su forma de reaccionar con el mundo. Ser el número uno, el dos o ser hijo único tiene sus características”.
El hijo único tendrá todas las ventajas del primogénito y las de ser el más pequeño. Usualmente tendrá toda la atención de sus padres, por lo que desarrollará ciertas cualidades.
“Estudios indican que los hijos únicos, al llegar a la edad adulta, se desenvuelven y se involucran en la sociedad como cualquier otra persona que tuvo hermanos. Si bien es cierto que durante su período de desarrollo tiene algunas dificultades para las relaciones sociales, con una buena exposición a ambientes con otros niños, será cuestión de tiempo para que el infante adquiera estas habilidades. En la mayoría de casos se ha visto que son niños que tienen altas capacidades intelectuales y metas muy altas, aunque no necesariamente es una regla”, señaló Cuyún.
Valores
Aunque la atención de los padres estará volcada a estos niños, la psicóloga señaló que esta debe darse con medida.
“En casa, se le debe proveer una educación al niño con valores de empatía, generosidad y responsabilidad, que sepa que no todo gira a su alrededor, y se le debe enseñar a compartir. También debe tener límites claros y saber que no todo se da fácil en la vida”, dijo.
Además aconsejó usar la teoría de los períodos sensitivos, la cual indica qué destrezas debería tener el pequeño a determinadas edades por naturaleza. Esto contribuirá a que el padre evalúe si no está exigiendo más de lo que se le puede dar, o si está retrasando su desarrollo, resolviéndole o haciendo cosas por él, lo que suele ser uno de los errores más comunes: caer en la sobreprotección.
Pros y contras
Las ventajas o desventajas de un hijo único dependen de la forma como los padres lo eduquen.
El hijo nunca tiene que sufrir el trauma de ser desplazado.
Siempre tendrá metas altas, ya que el mejor ejemplo que tiene es el de los padres, por lo que sus aspiraciones tienden a ser elevadas.
El hijo único tiende a tener una personalidad atractiva, debido, en la mayoría de casos, a las oportunidades de estudio y estimulación que ha recibido, es muy hábil en lo intelectual y emocional.
Para los padres, la mayor ventaja puede ser el aspecto económico. No es lo mismo mantener a un hijo que a dos o tres.
Puede que el niño sienta cierta soledad en casa, al no tener con quién jugar,
compartir, pelear o competir.
Estos niños pueden ser un poco solitarios, aislados o presentar problemas de socialización cuando no se les expone a ambientes donde se relacionen con otros.
Si no se les da la educación adecuada, pueden ser niños a quienes nos les gusta esperar y quieren todo rápido.