Salud y Familia

¿Aceite vegetal o aceite mineral?

Los aceites que provienen de la esencia aromática de las plantas son conocidos como aceites esenciales y vegetales elaborados, en su mayoría, de semillas. Todos son ricos en nutrientes y ácidos grasos, grasas saturadas e insaturadas que proveen múltiples beneficios a la piel y el cabello y que son compatibles con la grasa natural corporal.

Un aceite mineral es un derivado del petróleo, es transparente e incoloro, no contiene ácidos grasos ni tiene ninguna similitud con la grasa producida por el ser humano, por lo que no se absorbe, sino que forma una capa sobre la piel que provoca el cierre de los poros. Por esta razón, se le conoce como un aceite comedogénico, explica Alejandra Pérez, de Extract, S. A.

El aceite mineral se encuentra, comúnmente, en aceites para bebé, para masajes, en algunos bálsamos labiales y en otros productos de cuidado personal.

“Si hablamos de beneficios para la piel y el cabello, los aceites vegetales son la opción adecuada. Existen de diversos tipos: aceite de jojoba, de girasol, de almendra, de macadamia, de aguacate, de rosa mosqueta, de semilla de uva, de coco, de zapuyul, de manteca de karité y de manteca de cacao”, refiere Pérez.

La tendencia actual es utilizar productos de cuidado personal que contengan materias primas naturales y conservar la belleza de una forma natural, al evitar contaminar nuestro organismo con sustancias que puedan ser tóxicas a largo plazo.

Las ventajas de utilizar los aceites vegetales como productos de hidratación y nutrición, es que son ricos en nutrientes, imprescindibles para la piel y que contribuyen a la regeneración celular. El único inconveniente al utilizarlos como producto de cosmética es la falta de costumbre, puesto que puede resultar extraño aplicar sobre la piel un aceite que no tiene olor, o huele ligeramente a la semilla de donde se extrajo.

Aceite de macadamia

Es rico en ácidos oleicos, linoleico, vitamina E y esteroles, que tiene propiedades suavizantes y calmantes. Brinda brillo, suavidad y textura sedosa al cabello, le devuelve la elasticidad, y lo protege del daño térmico. También proporciona tonicidad a la piel, mejora la humedad, sin tapar los poros. También protege contra las agresiones del sol, y su acción antienvejecimiento ayuda a luchar contra la oxidación de las células.

Es aconsejable usarlo después de la depilación por su efecto calmante. Es una mascarilla ideal para regenerar las puntas abiertas del cabello y para controlar el frizz.

Aceite de almendras

Es rico en vitamina A, B y E. Ayuda a mantener los niveles de hidratación de la piel y se absorbe, sin bloquear los poros. Ayuda a desinflamar la piel, y deja la piel más sedosa. Ayuda a tratar las ojeras: se puede aplicar el aceite debajo del párpado inferior y darle ligeros toques.

Es perfecto para combatir los daños causados por el exceso del sol o las frías temperaturas, contribuye a tratar los labios “cortados” y sarpullidos en la piel. Alivia la piel seca e irritada.

Aceite de uva

Era usado desde la época de los egipcios. Contiene muchos ácidos grasos, concretamente, ácido oleico, en un 20 por ciento y un 5 por ciento de ácido linoleico. Ambos ácidos son esenciales por no ser sintetizados por el organismo.

Es un aceite astringente, por lo que es ideal para personas con piel grasa o mixta. Ayuda a evitar el envejecimiento prematuro de la piel por sus flavonoides y polifenoloes. Combate el pelo quebradizo, es bueno para la caspa y combate la dermatitis seborreica. Combate la celulitis, fortalece la piel y ayuda a combatir el acné. Es Ideal para usarlo como masajes, no deja sensación grasa y se absorbe rápidamente.

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