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Y es que a la papaya se le atribuye tener la capacidad de evitar la obesidad, además de minimizar las posibilidades de tener hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
Entre las propiedades nutricionales de esta dulce fruta destaca que es una excelente fuente de fibra, la cual disminuye los niveles de colesterol en la sangre. Además ayuda a prevenir el estreñimiento y retrasa la absorción de la glucosa.
Favorecer la formación de colágeno y protege la piel de la radiación solar y sus efectos, además de activar la absorción del hierro y disminuir el riesgo de padecer asma en sus consumidores.
Asimismo posee vitaminas B1, B2 y B3, además de las A, C y D. El grupo de vitamina B que contiene la papaya es muy importante para el cuerpo: la vitamina B es crucial para el crecimiento, desarrollo y funcionamiento de las células. La vitamina B2 ayuda en la producción de glóbulos rojos. Finalmente, la vitamina B3 ayuda al funcionamiento del aparato digestivo, la piel y los nervios.
Acorde a profesionales de la Clínica Mayo, además de tener propiedades antioxidantes, la vitamina A es un nutriente importante para la visión, el crecimiento, la división celular, la reproducción y la inmunidad. Aseguran también que el cuerpo necesita de la vitamina C para formar los vasos sanguíneos, los cartílagos, los músculos y el colágeno en los huesos. Y de la vitamina D destacan que es necesaria para formar y mantener huesos saludables.
La nutricionista Alejandra Fernández resalta que también contiene minerales como sodio, potasio, yodo, calcio, magnesio, fósforo, hierro y zinc. Además le da un aporte significativo de agua al cuerpo por lo que es un excelente diurético.
Finalmente Fernández sugiere aprovechar la versatilidad de este alimento para incluirlo lo más posible en la dieta de su familia. “Además de comer porciones de papaya o mezclarla con agua para hacer un licuado, puede combinarla con otras frutas como sandía o piña para refrescarse y además obtener sus beneficios diuréticos. Otra excelente alternativa es mezclarla con yogur, avena y un poco de miel”, afirma.
