En Guatemala se tiene una tradición de religiosidad y devoción a San Antonio. “Durante su día, familias guatemaltecas se acercan a su parroquia para pedir por sus seres queridos”, explica el sacerdote Robenson Rodríguez. “Le piden por la salud de los niños, pero hay que saber que lo que realmente funciona es la fe que se tiene en Dios”, agrega.
Tradición
Según el cronista e investigador Osberto Gómez, algunas de las prácticas de fe hacia San Antonio son más populares que religiosas. “Durante mucho tiempo a este santo se le pidió por el amor. Se acostumbraba rezarle una novena, colocarle velas y llevarle ofrenda para que las muchachas consiguieran un buen novio”, refiere Gómez.
En Guatemala y otros países como México y Colombia se acostumbraba llevarle 13 —fecha en la que se celebra su día— monedas al santo y dárselas en ofrenda, a cambio del favor solicitado. “Si no funcionaba, el santo era puesto de cabeza”, indica Gómez.
De acuerdo con el entrevistado, eso se hacía como una forma de castigo para el santo cuando no cumplía con tan noble petición. “En muchas casas, durante el siglo pasado, las muchachas tenían cuadros invertidos del santo, esperando que el amor tocara a las puertas de sus casas”, indica.
Colorida creencia
Durante estos días, el Mercado Central de la Ciudad de Guatemala brilla en colores y olores, principalmente en el área de cererías, ya que muchas personas llegan a buscar velas aromáticas hasta pócimas de amor, con las cuales, aseguran, conseguirán el corazón amado, para llevarle a San Antonio.
“No sabría decirle si San Antonio se encarga de encontrar al ser amado, —dice sonriendo—, lo que sí he visto es que a mi local viene mucha gente devota del santo, tanto hombres como mujeres”, expresa Manuel Quejú, locatario del Mercado Central.
Sean ciertas o no las intervenciones celestiales de San Antonio de Padua en el amor, él es uno de los santos más arraigados en las creencias católicas guatemaltecas.