El olor proviene de la humedad que favorece la colonización bacteriana, posterior a la sudoración, que provoca que este se vuelva maloliente.
Asimismo, Grimalt establece que hay métodos para disminuir la sudoración y así evitar la colonización bacteriana. Entre estos los fármacos betabloqueantes y anticolinérgicos, que disminuyen el impulso nervioso que estimulan estas glándulas.
Los médicos también explican que, en el caso de que los medicamentos no sean efectivos, existe la técnica quirúrgica, que consiste en cortar el nervio simpático, que es el que estimula las glándulas del sudor.
Como última recomendación, se debe usar calzado transpirable, de piel, con suela de cuero, y evitar las zapatillas de goma, ya que estas favorecen la sudoración.