Es decir, cada uno de los movimientos y acciones que un robot llevaba a cabo, era posible gracias a una serie de comandos programados previamente.
Esto significaba que si una persona quería que el robot llevara a cabo sus actividades y labores de una forma diferente, se necesitaba de una reprogramación de los comandos. A estos prototipos se les conoce como autómatas.
La creación de este tipo de robots es funcional para las empresas, ya que permiten mejorar la productividad y facilitar la ejecución de labores peligrosas. Sin embargo, no resulta lo mismo si se habla de automatización del hogar a través de robots. Para lograrlo, es necesario que estas máquinas puedan aprender lo que cada dueño desee que haga, para que lo lleve a cabo de manera automática.
Es esto lo que precisamente han logrado los expertos que diseñaron iCub. Aunque no se ha establecido exactamente cómo es que esta máquina logra el aprendizaje, los expertos sí adelantaron que también trabajan en las características de empatía de este prototipo.
En este campo, se habla específicamente de que iCub reúna más características humanas que le permitan entender cómo se siente su dueño, identificar estados de ánimo, y así que sea capaz de establecer una relación empática con los miembros de la familia.
El iCub será el primer robot con cualidades humanas, que no solo facilitará el oficio en los hogares; también será un miembro más de la familia.