La superficie del mar es más o menos equivalente a la del lago Superior en Estados Unidos, el segundo más grande de la Tierra, y su fondo está constituido por rocas, que podrían favorecer el desarrollo de pequeñas formas de vida.
Los astrónomos habían mencionado la posibilidad de la existencia de un océano subterráneo desde 2005, luego de que fuera detectado vapor escapando de varios agujeros cerca del polo sur de esta luna.
“Estos chorros cerca del polo sur de Encélado contienen agua salada y moléculas orgánicas, los ingredientes químicos elementales para crear la vida”, explicó Linda Spilker, jefa del proyecto Cassini en la agencia espacial estadounidense.
“El hallazgo cambia nuestro punto de vista respecto a las ‘zonas habitables’ en el interior de nuestro sistema solar y en los sistemas planetarios pertenecientes a otras estrellas”, agregó.
La sonda Cassini detectó la forma del campo gravitacional de Encélado en el transcurso de tres sobrevuelos entre 2010 y 2012. Los datos recogidos durante estos pasajes de la sonda han sido estudiados de cerca para determinar con bastante precisión la composición de Encélado.
La misión Cassini está dirigida por la NASA y recibe cooperación de la agencia espacial italiana y la agencia espacial europea.
La sonda fue lanzada en 2004 y ha estudiado las lunas más grandes de Saturno.
Los últimos descubrimientos fueron publicados por la revista Science.