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Iluminarán el futuro académico con heliodones

Estudiantes y docentes de la Universidad Rafael Landívar crearon  aparatos para estudiar el paso del sol por el cielo, lo cual beneficiará a futuros  arquitectos.

El heliodón es un aparato que sirve para estudiar el recorrido de sol. (Foto Prensa Libre: Alfredo Vicente)

El heliodón es un aparato que sirve para estudiar el recorrido de sol. (Foto Prensa Libre: Alfredo Vicente)

Juan Daniel García aprendió en la universidad que para diseñar una construcción óptima hay que tomar en cuenta el suelo, los materiales, las dimensiones del terreno y la luz solar. Este último aspecto suele verse en la carrera como una teoría que no se aplica en la vida real, pero para Juan Daniel y sus compañeros, la situación está a punto de cambiar.

El joven de 20 años, al igual que otros 39 estudiantes de Arquitectura de la Universidad Rafael Landívar (URL), construyeron este año los primeros heliodones en Guatemala, aparatos que sirven para estudiar el paso del sol por la bóveda celeste —esfera ideal, sin radio definido, concéntrica con el globo terrestre, en la cual aparentemente se mueven los astros—, y con el que esperan cambiar la manera en que los futuros arquitectos aprenden en el país.

Parte del equipo que participó en la construcción de heliodones. (Foto Prensa Libre: Alfredo Vicente)

El grupo de alumnos fue coordinado por Rodolfo Castillo, director del Departamento de Arquitectura de esa casa de estudios, quien tuvo la idea de crear un heliodón luego de visitar la Universidad Iberoamericana en México, hace tres años.

“En ese viaje tuve la oportunidad de conocer el laboratorio de Bioclimática de esa universidad. Allí tienen un heliodón, un túnel de viento, cielo artificial y otros elementos que son parte importante de la formación de los estudiantes. Es como un espacio de práctica para que los alumnos pongan a prueba todos los conocimientos teóricos que reciben”, explica Castillo.

A su regreso al país, el académico se convenció de que haría de Guatemala el primer país en Centroamérica con tener un heliodón a nivel universitario. “Ya existe uno en Honduras, pero es de una empresa privada de diseño y construcción, sin fines académicos”, comenta Castillo. “En Guatemala no había ningún referente en cuanto a qué podíamos hacer”, agrega.

En los años siguientes, Castillo organizó talleres y los estudiantes landivarianos tuvieron la oportunidad de conocer también el laboratorio de Bioclimática de la Universidad Iberoamericana. De ese grupo, varios se involucraron en el diseño de los heliodones de la URL.

La URL cuenta con un helidón portátil. (Foto Prensa Libre: Alfredo Vicente)

Sueño cumplido

La construcción  del heliodón empezó en agosto de este año, luego de que se le propusiera a los estudiantes de tercer año —promoción del 2012— este proyecto como parte de un curso. Cuarenta de ellos aceptaron el reto, asesorados por cuatro profesores, y a través de concursos para buscar propuestas de diseño, se definieron grupos que trabajaron en conjunto para llevarlo a la práctica.

Durante cuatro meses, los jóvenes investigaron y trabajaron en dos heliodones, uno de ellos portátil y más pequeño. Los estudiantes pusieron dinero de su bolsillo para llevar a cabo el proyecto, y la universidad aportó el espacio.

“El curso se llamaba Proyectos arquitectónicos 5. Se formaron cuatro grupos que se subdividieron, y cada quien aportaba ideas. Al final se eligió  tener un heliodón móvil y otro fijo, de tres metros y medio de diámetro”, dice Juan Daniel.

Los estudiantes y los docentes inauguraron la sala de los heliodones el pasado 18 de noviembre, aunque la URL aún  trabaja en adecuar el espacio. “Falta poner ventilación y afinar detalles de  iluminación”, explica Castillo.

Imagen que explica cómo funciona el heliodón creado por estudiantes de la URL. (Infografía Prensa Libre: Billy Melgar)

Legado

Ofrecer a futuros arquitectos la oportunidad de comprender el paso del sol por el cielo no es el único legado de tener heliodones. Esta herramienta también permitirá contar con profesionales en el país que diseñen edificaciones cómodas y amigables con el medioambiente.

Un experto en usar un heliodón sabrá, por ejemplo, hacia qué lado orientar las ventanas para evitar que la casa se caliente en verano y que así no haya necesidad de tener aire acondicionado, lo cual generaría gasto de electricidad.

“La intención es que los estudiantes tengan fundamentos y argumentos al momento de diseñar. Que digan, ‘pondré este parteluz o este doble piel acá’, pero con una justificación real de por qué; no solo será porque le pareció más bonito y ya”, dice Castillo.

Además, se pretende que los graduados puedan ofrecer también la construcción de heliodones para empresas privadas o bien que asesoren mejor en proyectos de construcción.

De acuerdo con Castillo, el espacio de los heliodones de la URL está abierto a estudiantes y docentes de esa casa de estudios, al igual que para egresados, con tan solo presentar su carné.

Otras universidades o profesionales, también puede visitarse y pedir asesoría, a través de una solicitud de permiso previa.

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