Tecnología

La innovación está a un paso

Raspberry Pi es una placa computarizada de bajo costo desarrollada en Reino Unido por la Fundación Raspberry Pi, con el objetivo de estimular la enseñanza de ciencias de la computación en las escuelas y universidades.

El micrordenador, que tiene el tamaño de una tarjeta de crédito, trae todos los puertos al aire —sin carcasa de protección—, listos para conectarlos a un monitor y a un teclado, para que la persona empiece a programar.

Los usos del dispositivo son casi infinitos, ya que permite conectarlo al televisor para reproducir videos y contenidos en línea, programar juegos y ejecutarlos, manejar robots y automatizar tareas del hogar, como encender la calefacción a distancia.

“Creemos que los ordenadores de la década de 1980 eran más básicos y abiertos que los actuales, debido a que cualquiera podía experimentar y programar con ellos. En los últimos 20 años, los equipos cerrados como consolas y dispositivos móviles, sustituyeron ese sistema, el cual queremos recuperar con Raspberry Pi”, comenta Eben Upton, impulsor del proyecto.

De acuerdo con el informático guatemalteco Paulo Alvarado, el artefacto es como una computadora de bolsillo. “Es un minilaboratorio que solo necesita una batería USB o un cargador que le transfiera energía eléctrica para funcionar, ya que consume pocos recursos y tiene un alto rendimiento. Solo requiere el sistema operativo Linux para hacerlo interactuar con otros aparatos”, afirma.

El experto comenta que lo único que necesita un principiante es descargar a una memoria SD el archivo Raspbian del portal Raspberrypi.org. “Luego la inserta en la placa y tendrá lista una computadora. Si esto se complica puede comprar un tutorial por US$10 en el sitio oficial”, agrega.

Alvarado dice que Raspberry Pi llegó al país hace unos cuatro meses, pues el micrordenador empezó a ser comercializado a principios del 2012 a escala mundial. “En Guatemala no se conoce mucho acerca de esta tecnología, puesto que no hay ningún distribuidor en la región. Hay que hacer el pedido a Estados Unidos o Inglaterra, el cual cuesta US$35, más cargos por el envío e impuestos”, agrega.

Según el especialista, que compartió una conferencia sobre este tema en el Foro de Innovación Tecnológica, la Universidad Galileo tiene la intención de empezar a utilizar este sistema para cursos de electrónica.

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