Tecnología

Luis Zea: “Siempre podemos aprender cosas nuevas y hacerlas parte de nuestro camino”

El guatemalteco recibirá un Doctorado Honoris Causa de la Universidad del Valle, como reconocimiento por sus aportes en la innovación espacial y científica.

Investigador guatemalteco Luis Zea

El ingeniero se ha involucrado en la investigación bioastronaútica durante los últimos años. (Foto Prensa Libre: Sitio web Universidad de Colorado Boulder)

Con un pie en Guatemala, su país natal, y el otro en Estados Unidos, donde ha desarrollado de forma amplia su trayecto profesional en los últimos 12 años, el ingeniero Luis Zea es un científico que transita por distintos puntos del conocimiento, así como de los territorios geográficos.

En una década Zea ha trabajado como investigador y profesor de ciencias aeroespaciales y microbiológicas, así como ingeniero en transferencia de calor en Estados Unidos; ha colaborado en las agencias espaciales de Belo Horizonte en Brasil y Colonia en Alemania; y por si fuera poco, se ha desempeñado como catedrático en Guatemala donde además -de forma híbrida- codesarolló el primer satélite del país, el Quetzal-1.

El guatemalteco ha laborado en áreas como la bioastronáutica y la biología gravitacional. Ha colaborado con la NASA, y desde investigaciones de la misma agencia ha desarrollado propuestas para ayudar a que misiones tripuladas viajen seguras hacia el espacio exterior. En la actualidad investiga sobre moléculas como potenciales curas contra el cáncer de seno y próstata, a la vez que  realiza estudios de posibles soluciones contra la miocardiopatía.

Dicho acervo ha sido premiado durante su tiempo de trabajo, y a su cúmulo de premiaciones se añade ahora el Doctorado Honoris Causa de la Universidad del Valle (su primer casa de estudios universitarios), el cual ha sido entregado a personajes como el físico Hiroshi Amano o el ingeniero Efraín Recinos.

El premio es otorgado a personas “que hayan contribuido al desarrollo de las ciencias, de la tecnología, de las humanidades o de las artes (…) o que hayan coadyuvado al progreso espiritual o material de la Humanidad mediante acciones relevantes, investigaciones, inventos o descubrimientos”, apuntan las autoridades de la universidad.

El Doctorado Honoris Causa que recibirá por la UVG podría ser también un mensaje sobre las posibilidades que tienen los guatemaltecos de involucrarse y destacar en la ciencia. A este punto de su carrera, ¿cuál considera es la importancia de ese conocimiento en Guatemala donde persisten desafíos de educación e inversión?

El gobierno de Guatemala invierte menos en investigación y desarrollo que el promedio de África subsahariana. Creo que una de las razones de esto es que se tiende a creer incorrectamente que la investigación es un despropósito y que no tiene efectos.

Pero en realidad, hay tantos problemas en el país que precisamente por eso deberían de existir más investigaciones incluso desde la ciencia.

Debemos utilizar los conocimientos que hemos adquirido e ir más allá de los mismos con el propósito de buscar soluciones a problemas del país. No podemos seguir haciendo lo mismo que los últimos 200 años y esperar resultados diferentes, así como tampoco debemos esperar que otros países vengan a resolver nuestros problemas.

Investigador guatemalteco Luis Zea
Luis Zea es uno de los científicos guatemaltecos con más actividad y reconocimiento internacional. (Foto Prensa Libre: Sitio web Universidad de Colorado Boulder)

Ha insistido en el trabajo de la democratización por el acceso al espacio. ¿Cuáles son las posibilidades que podría traer esto y cómo podría plantearse en Guatemala?

Es algo que desde las tecnologías satelitales funciona como una especie de radar que lee y hace una caracterización de los terrenos. Podría rastrear cambios en la topografía, analizar el acceso a recursos o incluso medir las cantidades de tráfico, y mucho más.

En Guatemala podría ser útil para el aprovechamiento de los alimentos sembrados, por ejemplo, pronosticaría cuándo crecerían cultivos básicos como el frijol o el maíz.

Durante su carrera también ha estado involucrado con jóvenes desde la docencia y el mismo desarrollo de proyectos como el satélite Quetzal-1. ¿Qué importancia considera tiene una edad tan temprana en cuanto al involucramiento de proyectos científicos y de innovación?

Creo que no hay una edad límite para empezar el involucramiento con las ciencias, pero entre más temprano sea la experiencia, habrá más oportunidad de experimentar y aprender cómo funcionan los tópicos.

Otro tema es que hay muchos estereotipos por el machismo y ha sucedido que a las mujeres se les dice que las ingenierías son carreras para hombres, pero no hay una razón válida para que sea de ese modo. Entre más temprano se involucren, puede haber más oportunidades para que ellos vean que la ciencia existe y si les gusta, es una posibilidad para que se involucren.

“Debemos utilizar los conocimientos que hemos adquirido e ir más allá de los mismos con el propósito de buscar soluciones a problemas del país. No podemos seguir haciendo lo mismo que los últimos 200 años y esperar resultados diferentes (…)” – Luis Zea, investigador

¿Cómo desde la docencia podría sensibilizarse a generaciones pequeñas respecto a temas de ciencia o tecnología?

Algo que suelo hacer con mis hijas es explicarles mediante recursos como vídeos, y en especial, desde varios experimentos. Creo que es importante aprender desde la acción. La verdad es que puede ser tedioso recibir la información solo de manera teórica y viendo a alguien escribir en un pizarrón.

Los recursos en línea pueden ser muy funcionales en esta época. Se debe propiciar que para responder preguntas y entender el funcionamiento de ciertos procesos, los estudiantes usen sus manos y experimenten más allá del pizarrón.

¿Cómo fue en su caso este proceso de sensibilización hacia las ciencias?  

Creo que para llegar a estas conclusiones tuve que pasar el doctorado en Bioastronaútica. Allí me di cuenta que me apasionaba la microbiología, pero también sucedía que al haberme graduado de ingeniero mecánico pensaba que no podía hacer más allá de lo que ya sabía, lo cual es absolutamente falso.

Siempre podemos aprender cosas nuevas y hacerlas parte de nuestro rumbo. Siempre hay muchas posibilidades en el conocimiento. Esto ayudaría no solamente a comprender el mundo, sino a mejorarlo.

¿Qué importancia ha tenido en su carrera el implementar saberes desde distintas áreas?

Algo que he aprendido, sobre todo con el doctorado, es precisamente la importancia de lo multidisciplinario que es el mundo y en mi caso, el ambiente de exploración espacial.

Todas las personas involucradas en este tipo de proyectos suelen tener trasfondos profesionales amplios. Por ejemplo, personas que han estudiado psicología e ingeniería aeroespacial que al tener estos conocimientos pueden desarrollar interfaces entre computadores y personas.

Investigador guatemalteco Luis Zea
El guatemalteco se ha involucrado en proyectos como Space Biofilms en la Estación Internacional Aeroespacial. (Foto Prensa Libre: Sitio web Universidad de Colorado Boulder)

Tomando en cuenta estas nociones, ¿cuáles esperanzas cree que hay respecto a los avances tecnológicos y científicos en Guatemala?

La ciencia y tecnología pueden mejorar la calidad de vida de las personas para que menos personas padezcan de enfermedades o incluso que mueran por razones que en el futuro podrían llegar a ser curables gracias a la innovación. La calidad de vida ha incrementado de una forma increíble en los últimos siglos, pero aún tenemos un montón de problemas que necesitan ser resueltos.

En Guatemala puede pensarse la posibilidad de una transferencia horizontal de conocimiento y de maneras para saber cómo atacar los problemas desde combinación de distintos campos científicos que ayuden a resolver problemas que son propios de acá, como por ejemplo la desnutrición infantil.

La transferencia horizontal de información sucede todo el tiempo. Quizá en Guatemala cueste porque poca gente tiene la oportunidad de trabajar en ciencia y tecnología en general, y mucho menos en algo tan específico, pero se puede apostar por ello desde la creación de conciencia en gobiernos, la inversión por proyectos investigativos y la pasión que tengan los interesados en la ciencia.

ESCRITO POR:

Alejandro Ortiz

Periodista de Prensa Libre especializado en temas sobre cultura y bienestar, con 5 años de experiencia.