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¿Por qué es tan caro reparar aparatos tecnológicos como teléfonos celulares?

Reparar un teléfono en una tienda oficial puede ser tan costoso como comprar uno nuevo y acudir a centros no certificados puede significar un riesgo. ¿Por qué reparar un teléfono o una consola de videojuegos no es tan fácil como reparar un auto?

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Cuando tu auto presenta fallas, tu instinto probablemente sea llevarlo a un mecánico. Sin embargo, cuando algo no funciona bien con tu teléfono inteligente (digamos una pantalla rota o una batería que se agota rápido) es posible que te preguntes: “¿Ha llegado el momento de comprar uno nuevo?”. (Glenn Harvey/The New York Times)

Cuando tu auto presenta fallas, tu instinto probablemente sea llevarlo a un mecánico. Sin embargo, cuando algo no funciona bien con tu teléfono inteligente (digamos una pantalla rota o una batería que se agota rápido) es posible que te preguntes: “¿Ha llegado el momento de comprar uno nuevo?”. (Glenn Harvey/The New York Times)

Cuando su auto presenta fallas, su instinto probablemente sea llevarlo a un mecánico. Sin embargo, cuando algo no funciona bien con su teléfono inteligente (digamos una pantalla rota o una batería que se agota rápido) es posible que se pregunte: “¿Ha llegado el momento de comprar uno nuevo?”.

Eso se debe porque, a pesar de que nuestros electrónicos de consumo se han vuelto tan vitales como nuestros autos, la idea de la reparación tecnológica todavía no ha sido sembrada en nuestra conciencia colectiva. Los estudios han demostrado que cuando los productos tecnológicos comienzan a fallar, la mayoría de las personas se inclinan por comprar nuevos en vez de arreglar los viejos.

“La reparación es poco conveniente y difícil, así que las personas no la buscan”, dijo Nathan Proctor, un director del Grupo de Investigación de Interés Público de Estados Unidos, una organización de defensoría de los consumidores, quien trabaja en una legislación que haga más accesible la reparación tecnológica. “Porque las personas no esperan reparar las cosas, remplazan las cosas cuando lo más lógico que pueden hacer es repararlas”.

No tiene que ser así. Podríamos mantener nuestros productos tecnológicos, como lo hacemos con los autos, si fuera más práctico hacerlo. Si tuviéramos más acceso a partes de respuesto, instrucciones y herramientas para darle una nueva vida a los productos, las reparaciones podrían volverse más simples y menos caras.

Esta premisa está en el centro de la Ley del derecho a reparar, una propuesta de legislación por la que los activistas y las compañías tecnológicas han peleado durante casi una década. Recientemente, los simpatizantes del derecho a reparar lograron dos grandes victorias. En mayo, la Comisión Federal de Comercio (FTC, por su sigla en inglés) publicó un informe en el que explica cómo las compañías tecnológicas afectaban la competencia al restringir las reparaciones. Además, el viernes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió una orden ejecutiva que incluyó una directiva para la FTC para imponer límites a cómo los fabricantes de tecnología pueden restringir las reparaciones.

(Glenn Harvey / The New York Times)

La FTC se reunirá la próxima semana para discutir nuevas políticas sobre las reparaciones de los electrónicos. A continuación, presentamos lo que necesitas saber sobre la lucha por tu derecho a reparar los aparatos.

¿Qué es la ley del derecho a reparar?

La legislación, la cual se propuso previamente en alrededor de dos docenas de estados y ahora es discutida en el ámbito federal, requeriría que los fabricantes de tecnología y aparatos proporcionen las herramientas, instrucciones y partes necesarias para que cualquiera pueda reparar sus teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras y refrigeradores, así como otros productos.

Ese sería un gran cambio. En la actualidad, las compañías tecnológicas brindan herramientas de servicio y partes a solo una red de socios oficialmente aprobados, incluyendo a las grandes marcas con centros de servicio como Best Buy y algunas tiendas de reparación independientes. Estos socios oficiales habitualmente siguen reglas estrictas, las cuales incluyen usar partes genuinas compradas directamente del fabricante, así que los costos al consumidor pueden ser más altos que las reparaciones hechas por centros no autorizados.

Al hacer que los recursos estén ampliamente disponibles, los centros de reparación no oficiales podrían competir con mayor facilidad para reducir los costos. Además, eso haría que reparar fuera una opción más atractiva que comprar un nuevo dispositivo.

¿Por qué debería importarme?

Los productos tecnológicos están entre las compras más caras de cada hogar y sus precios continúan elevándose. No hace mucho, el precio de un teléfono inteligente de gama alta era de 650 dólares. En la actualidad, los precios de los nuevos teléfonos de Apple y Samsung cuestan más de 700 y 800 dólares.

El hogar promedio podría ahorrar 330 dólares al año si reparara los productos en vez de remplazarlos, lo que suma hasta 40.000 millones de dólares en todo Estados Unidos, según un estudio del Grupo de Investigación de Interés Público de Estados Unidos.

Al prolongar la vida de tus dispositivos, usarías más la energía, metales, plásticos y mano de obra invertidos en crear el producto.

¿Por qué muchas personas no reparan su tecnología?

Existen varias barreras para reparar los electrónicos de consumo que pueden hacer que sea una tarea intimidante.
— Las reparaciones básicas, como sustituir una pantalla rota o una batería que ya no retiene la carga, no son sencillas. Los aparatos modernos son tan delgados y están pegados tan juntos que de manera habitual se necesitan herramientas especiales para abrirlos. Además, no es tan simple comprar partes genuinas (por ejemplo, no puedes ir al sitio web de Apple o Samsung y ordenar una pantalla o batería de remplazo).
— Arreglar componentes básicos también se ha vuelto crecientemente impráctico para tiendas de reparación no autorizadas, especialmente con los teléfonos de Apple. Muchas partes importantes dentro de los iPhone más recientes, incluyendo las cámaras, las pilas y las pantallas, requieren herramientas de software propias para terminar el trabajo, según afirman los técnicos independientes.
— Acudir a las tiendas minoristas de Apple y Microsoft, así como a las tiendas de reparación autorizadas es una opción sencilla, pero los costos llegan a ser tan altos que podrías terminar por simplemente comprar un nuevo dispositivo. Cuando llevé el iPhone de mi esposa a una tienda Apple este año, me dieron un presupuesto de 280 dólares para reparar una pantalla táctil rota, alrededor del 40 por ciento del precio de un nuevo iPhone. Decidí tomar otro camino.

¿Por qué los reparadores no autorizados no son autorizados?

Técnicos independientes tienen acceso a las herramientas, partes e instrucciones para las reparaciones cuando se asocian con compañías tecnológicas para convertirse en centros de servicio autorizados. Sin embargo, Kyle Wiens, director ejecutivo de iFixit, un sitio que publica instructivos gratuitos para que las personas reparen sus aparatos, dijo que muchos reparadores independientes eran desalentados por los términos del contrato para convertirse en autorizados.

Uno de los requerimientos para ser un centro de reparación autorizado de Apple involucra recopilar registros detallados de servicio, los cuales incluyan nombres de los clientes, números de serie de los productos y direcciones postales. Esta información debe ser proporcionada a Apple en caso de una auditoría para verificar que las reparaciones se realizan de manera adecuada. Incluso si un proveedor de reparaciones termina su acuerdo con Apple, debe estar de acuerdo con continuar compartiendo esta infomación con la compañía durante dos años.

También está el tema del precio. Shakeel Taiyab, un reparador independiente en el sur de San Francisco, dijo que cobra precios más bajos a los clientes porque obtuvo partes auténticas a través de canales tales como personas que manejan electrónicos reacondicionados que extraen componentes que funcionan de aparatos defectuosos. (Me cobró 180 dólares por arreglar la pantalla del iPhone de mi esposa; es decir, 100 dólares más barato que la tienda Apple).

¿Por qué los gigantes tecnológicos se oponen al derecho a reparar?

Apple, Microsoft, Amazon y Google han contribuido a los esfuerzos de cabildeo contra la Ley de derecho a reparar. El argumento más común es la seguridad (la idea de que las personas con acceso a las herramientas de reparación y diagnóstico podrían realizar reparaciones no legítimas y robar los datos de las personas).

TechNet, un grupo comercial que representa a Apple, Google, Amazon y otros, dijo que abrir la reparación podría poner a los consumidores en riesgo.

“Permitir a terceros no certificados tener acceso a información de diagnóstico delicada, software, herramientas y partes pondría en riesgo la seguridad de los dispositivos de los consumidores y pondría a los clientes en riesgo de fraude”, dijo en una declaración Carl Holshouser, un ejecutivo de TechNet.

No obstante, en su informe, la FTC concluyó que había “evidencia escasa para respaldar las justificaciones de los fabricantes para las restricciones a las reparaciones”.

¿Por qué es más fácil darle servicio a un auto?

Cuando tu auto se descompone, puedes llevarlo a un centro de servicio de la concesionaria o potencialmente tener un servicio más asequible con un mecánico independiente. En general, los vehículos son más personalizables con partes de otras marcas. Además, el mantenimiento básico y los trabajos de reparación como cambiar el aceite o remplazar un parabrisas roto no requieren software especial.

En 2012, Massachusetts promulgó una Ley de derecho a reparar para los autos y los fabricantes aceptaron adoptar los requerimientos de la ley en todo el país. Después de que los autos evolucionaron para depender más de las computadoras, la legislación ayudó a hacer más disponibles las herramientas especiales y las instrucciones a los mecánicos independientes para las reparaciones.

“Cuando tu auto se descompone, sabes con exactitud qué hacer”, dijo Proctor. “Encuentras a un mecánico, pagas y lo tienes de regreso. Si no te agrada tu mecánico, buscas otro. O puedes ir a la concesionaria si lo deseas”.

En otras palabras, comprar un auto nuevo es el último recurso. Y comprar un teléfono nuevo también podría serlo.