Ese total representa 1.125 especies adicionales a las que ese mismo listado contenía hace una año, según la sección suiza del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Las principales causas de esta depredación son el cambio climático, la agricultura y la caza furtiva, principalmente de elefantes y lemúridos.
Estos últimos se encuentran entre los que sufren las peores situaciones ya que el 94% está bajo amenaza debido a la destrucción de su hábitat -el 90 % de la selva tropical en la que viven en Madagascar está destruida- y a que son víctimas de cazadores furtivos.
A pesar de que el comercio internacional de marfil está prohibido, con muy raras excepciones, los elefantes siguen siendo víctimas de los cazadores, que este año han matado a 20.000 ejemplares para arrancarles los colmillos.
Esta situación ha causado que nuevamente en 2014 el número de elefantes cazados y muertos haya sido superior al de nacidos, una tendencia que se observa desde 2010 y que, en ciertas zonas de frica, ha puesto a los elefantes en peligro crítico de extinción.
En el hábitat marino las modificaciones provocadas por el cambio climático están afectando a especies como las morsas, que el pasado septiembre protagonizaron una escena inusual, cuando 35.000 ejemplares se refugiaron en una playa en lugar de la banquisa, que es el lugar que habitualmente prefieren.
Luego se determinó que este comportamiento se debió al deshielo más acelerado que nunca de la capa que cubre el ártico, lo que redujo el espacio de vida de estos grandes mamíferos.
Por su parte, el atún rojo del Pacífico está amenazado por la sobrepesca.
Sin embargo, WWF señaló que también hay noticias buenas debido a que se ha logrado revertir la tendencia que amenazaba la existencia de especies como la ballena azul, cuya población en el hemisferio sur -estimada en unos 1.400 ejemplares- está ahora más segura.
Ello debido a la decisión de Chile de convertir una extensa área del Golfo de Corcovado en una zona protegida, lo que permite que los centenares de ballenas que cada año se encuentran allí puedan reunirse tranquilamente para criar a sus pequeños.
También quedan pocos tigres en el mundo, que si hace un siglo contaba con 100.000 de estos felinos, ahora no alberga más que 3.200, según el WWF, que se ha propuesto duplicar su número hasta el año 2022.
Uno de los mejores resultados se ha conseguido hasta ahora en Népal, donde el número de tigres ha aumentado en un 63% en cuatro años, llevándolos a un total de 200 ejemplares.