Guatemala

2015: muertes sin freno en cien días

En los primeros cien días de 2015, declarado por el presidente Otto Pérez Molina como el año de la no violencia, han muerto mil 509 personas, un promedio de 15.09 por día, en diferentes circunstancias, aunque destacan los ataques armados.

Marco Tulio Padilla Cuté, de 7 años, murió al ser alcanzado por una bala cuando se encontraba afuera de su vivienda, en Fraijanes, Guatemala.

Marco Tulio Padilla Cuté, de 7 años, murió al ser alcanzado por una bala cuando se encontraba afuera de su vivienda, en Fraijanes, Guatemala.

El 14 de enero último, durante la presentación de su informe de gobierno, en el Palacio Nacional de la Cultura, el mandatario declaró que el 2015 era el año de la no violencia. Sin embargo, la realidad parece contradecirlo.

En los primeros cien días del año encabezan la lista de homicidios los cometidos con armas de fuego, con mil 151 víctimas, según datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) y la Policía Nacional Civil (PNC).

La segunda causa de muertes, de acuerdo con ambas instituciones, son las causadas con arma blanca, que cobraron la vida de 119 personas en los primeros cien días del año.

El informe consolidado de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) refiere que el departamento de Guatemala ocupa el primer lugar en hechos violentos, con 459 homicidios entre enero y marzo últimos.

Al sumar las víctimas mortales de los 10 días de abril, con información del Inacif y la PNC, el número asciende a 489 muertes en este departamento.

El segundo departamento más violento es Escuintla, con 186 crímenes. Le sigue Chiquimula, con 86.

En este período, el reporte señala que murieron mil 336 hombres y 173 mujeres en diferentes hechos violentos.

Incluso, del sábado último para ayer murieron otras 29 personas, según reporte de la Policía y los bomberos.

Las víctimas

El país se estremeció el 7 de abril último con la muerte de Marco Tulio Padilla Cuté, de 7 años, quien fue alcanzado por una bala afuera de su domicilio, en Fraijanes, Guatemala.

El menor recibió un balazo del arma que accionó Dany Alexánder Aldana Diéguez, quien fue capturado.

El detenido confesó a reporteros de medios de comunicación que su objetivo era ultimar a Denicson Asturias Estrada, 17, a cambio de lo cual recibiría Q10 mil.

Como Padilla Cuté, otras personas, menores y adultos, han sido víctimas de balas perdidas.

La PDH informó que las personas más vulnerables entre enero y marzo últimos fueron las comprendidas entre los 30 y 59 años, con 590 decesos.

Les siguen las de 18 a 29 años, de las cuales murieron 565. El reporte señala que también perdieron la vida 110 menores de entre 14 y 17 años.

Preocupan crímenes

Jorge de León, procurador de los Derechos Humanos, dijo que lo preocupante de la violencia que afronta el país es la saña que se observa en algunos crímenes.

“Como procurador protesto y rechazo estos hechos de violencia que enlutan a todos, todos los días”, declaró.

Según De León, siempre que se habla de hechos delictivos es obvio que hay repudio y rechazo, y se ven los esfuerzos de los gobiernos por reaccionar.

Lo que hace falta, añadió, es poner en el centro al “ser humano”, que sería lo importante para atacar los orígenes de esta violencia, así como centrarse en la atención a la niñez y a la adolescencia del país.

El procurador afirmó que el sistema de justicia ha fallado. “No hay certeza de castigo, no hay prisión, y si hay capturas, los dejan libres”, puntualizó.

Lorena Escobar, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, expresó que Pérez Molina exhortó a la no violencia, pero no dijo cómo.

“La sociedad necesita orientación. Puede ser que la sociedad tenga la voluntad, pero no sabe cómo apoyar. Es allí donde entra la prevención, los programas sociales, el diálogo y la mediación”, indicó.

De acuerdo con Escobar, existe una relación íntima entre las armas y los homicidios.

Mencionó que el Gobierno debe tomar medidas para contrarrestar el tráfico de armas y llevar a los tribunales de justicia a los traficantes.

Escobar afirmó que no se trata solo de consignar a quienes portan armas sin licencia, sino de perseguir a aquellos que las facilitan.

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