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La noche en que mataron a monseñor Romero: entrevista con el hermano del mártir

La noche en que mataron a monseñor óscar Arnulfo Romero estallaron las primeras bombas de la guerra civil en El Salvador. Fue una "noche larga" de apagones y mucha tristeza, recuerda Gaspar Romero, hermano menor del arzobispo mártir que será beatificado este sábado.

Gaspar Romero sostiene una foto de su hermano, Monseñor Óscar Arnulfo Romero, que será beatificado este sábado. (Foto Prensa Libre: AFP).

Gaspar Romero sostiene una foto de su hermano, Monseñor Óscar Arnulfo Romero, que será beatificado este sábado. (Foto Prensa Libre: AFP).

Gaspar, de 85 años, y doce años menor que óscar Arnulfo, celebra la beatificación pero rememora el “profundo” dolor que sintió el 24 de marzo de 1980, cuando su hermano fue asesinado frente al altar mientras celebraba la misa en la capilla de un hospital para personas enfermas de cáncer en San Salvador.

Pocas horas después, San Salvador quedaba a oscuras por el sabotaje de la red eléctrica, preludio de una guerra civil (1980-1992) que dejó más de 75.000 muertos.

Contemplando retratos de su hermano en la pequeña sala de su casa, Gaspar habla con AFP a horas de la beatificación, que agradece al papa Francisco.

¿Cómo recuerda el día del martirio?

El 24 de marzo de 1980, yo estaba trabajando en ANTEL (oficina estatal de telecomunicaciones) y me habló un jefe y me dijo que fuera a la Policlínica porque habían herido a mi hermano. Cuando yo llegué, en ese momentito, lo iban entrando en una camilla pero ya iba muerto. Fue un dolor de esos que no tienen remedio y dije: qué ingratitud la que han hecho, han matado a un santo.

¿Se le practicó un reconocimiento forense?

Vi cuando le abrieron la parte izquierda del tórax para extraerle los fragmentos de una bala explosiva.

¿Cómo transcurrieron las horas en el hospital policlínico?

Mientras la noticia se difundia, aquellas calles inmediatas al hospital estaban completamente llenas de gente queriendo ver o saber lo que había pasado.

¿Qué se imaginó que iba a pasar?.

Creo que en ese momento (la noche del asesinato) estalló la guerra civil, porque se supo la noticia muy temprano y a las 8 ó 9 de la noche empezaron a explotar las bombas, se escuchaba una bomba por aquí otra por allá, con apagones porque volaban los postes y salir a la calle era un peligro.

Como hermano de monseñor ¿sintió temor de que le pasara algo?

Se sintió la presión que había contra monseñor. Quien hablara de monseñor era hombre perdido (muerto o desaparecido) , el que andaba con una biblia o con un crucifijo era hombre perdido y había algunos eslogan que decían: haga patria, mate un cura, todo eso se sufría.

¿Quiénes traicionaron a monseñor?.

Lo que más me duele, me dijo (monseñor) , es que hay tres hermanos del obispado que me han traicionado, (porque) fueron a Roma y al Vaticano a denunciarme, que yo estaba siendo subversivo, que yo era un loco, que yo era un borracho y un montón de insultos.

¿De qué diócesis fueron los denunciantes?

Eduardo Alvarez (San Miguel) , Pedro Arnoldo Aparicio Quintanilla (San Vicente) y Marco Revelo (Santa Ana) , los tres ya fallecidos. El Papa Juan Pablo II envió una comisión a investigar.

¿Cuál fue el resultado de la investigación?

R: En el informe que ellos (la comisión del Vaticano) redactaron dijeron que todo eran calumnias. Ese informe lo confortó.

¿Monseñor Romero tuvo roces con Juan Pablo II?

Él (Romero) fue muy querido de Pablo VI, y cuando nombraron a Juan Pablo II, él le llamó la atención (a Romero) . Le decía que tuviera cuidado con lo que hablara porque su misión era estar en armonía con la clase poderosa. Santo Padre, le dijo monseñor, en El Salvador no es comunismo eso (denunciar la injusticia) , en El Salvador es un reclamo de derecho. Vino desmoralizado por esa contestación que le dio el Papa.

Después de ese encuentro con el Papa ¿qué pasó en El Salvador?

R: Monseñor Romero se quedó completamente solo y amenazado, sin apoyo de nadie, y muchos sacerdotes también por miedo se alejaron, los hermanos obispos ya no se diga.

¿Cómo recibe la beatificación?.

R: Es un honor para la familia, para el pueblo, y una gratitud, un favor de Dios a través del Papa que nos hizo ese gran regalo.

¿Perdona a los que lo asesinaron?

R: Monseñor dijo: si me llegan a matar desde ya perdono a los que lo vayan hacer, y yo agarro esa frase para mí, si él que entregó su vida, los perdonó, yo también los perdono.

¿Cómo desea que identifiquen al beato Romero?

R: El pueblo entero aquí lo ha bautizado desde ya hace mucho como San Romero de América, el santo de los pobres, y eso no se lo quitan.

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