Guatemala

Jóvenes victimarios

Durante los dos últimos años (2012 y 2013) un juzgado de adolescentes en conflicto con la ley sentenció en promedio a 11 jóvenes cada semana por diferentes delitos. Del total de mil 156 condenas, 113 fueron por agresiones mortales: 76 por homicidio y 46 por asesinato, según datos del Organismo Judicial.

El menor de 12 años que mató a la vendedora de pollo María del Rosario Vásquez, el 15 de abril del 2010, fue capturado  inmediatamente, purgó una pena de dos años —la máxima para su edad— y salió.

El menor de 12 años que mató a la vendedora de pollo María del Rosario Vásquez, el 15 de abril del 2010, fue capturado inmediatamente, purgó una pena de dos años —la máxima para su edad— y salió.

Uno de los aspectos más dramáticos de esta situación es que 12 niños, de 13 a 15 años, se encuentran entre los sentenciados.

Jueces, policías y psicólogos que han tratado con algunos de los sancionados explican que existen diferentes factores que influyen para que jóvenes se conviertan en victimarios, el ambiente donde viven, la falta de oportunidades y el entorno familiar —o su ausencia—. A veces las historias reflejan verdaderos dramas sociales y conflictos psicológicos, que igual conducen a un camino letal.

Por Q100

Efrén recién había cumplido 12 años, cuando disparó por primera vez. Fue un tiro de prueba. El segundo, tercero y cuarto los efectuó contra una vendedora de pollo, en el 2010, quien murió en el acto. Efrén fue capturado casi de inmediato con la pistola en la mano y la mirada perdida. De él se dijo mucho: que ya llevaba ocho muertos y que había entrado a la pandilla a los 8 años. Pero la verdad era que solo tenía tres meses de haber llegado a la capital, procedente de Esquipulas Palo Gordo, San Marcos.

Había viajado para trabajar y así ayudar a su familia. En la capital lo esperaba un primo de 15 años que vendía helados. Efrén planeaba hacer lo mismo. Así recorrió por varias semanas algunos parques de las zonas 1 y 2. Los ingresos eran pocos y sin esperanza de mejorar. Con apenas primero de primaria aprobado era difícil aspirar a obtener otro trabajo.

Un mal día fue contactado por un grupo de pandilleros que le ofreció Q100 por hacer un “trabajo”.

Meses después de su captura le dijo a un psicólogo que lo atendió en un centro de rehabilitación de jóvenes en conflicto con la ley que jamás en su vida, hasta ese día, había tenido en su mano Q100 y que le parecía una fortuna.

Efrén no era un sicario, ni pandillero, ni un joven resentido ni carente de familia. Tan solo era un niño de 12 años, inexperto y temeroso, que buscaba otro futuro.

Los pandilleros que le pagaron Q100 le ordenaron ir a dispararle a una vendedora que no pagó la extorsión. El instante fue letal. Después todo fue confusión, no supo a dónde huir, pues cuando volteó a ver a quienes lo trasladaron en moto hasta el lugar del atentado, se habían ido.

Escalada

Casos como el de Efrén son extraordinarios, explica la jueza Carol Berganza, del Juzgado de adolescentes en conflicto con la ley. No todos los muchachos llegan la primera vez por un delito de homicidio y cuando esto ocurre, suele haber una historia. “Se puede ver que van, digamos de alguna forma, subiendo en sus delitos. Regularmente vienen por robo, extorsión, portación ilegal de arma de fuego y de último, asesinato”, explicó Berganza.

Jairo es un investigador de la Policía del grupo que “estudia” las actividades criminales de pandillas y ha observado cómo cada vez más menores de edad están tomando el control de grupos.

“Así como en el futbol los clubes buscan talentos jóvenes, así las pandillas se aprovisionan de menores porque son sumisos y manipulables. ‘Andá a matar a este?, va; ‘andá a recoger dinero’, va, ‘llévate estas armas para aquellos’, va. Regularmente se les captura primero por recoger dinero de extorsiones, después por llevar pistolas y así pasás más tiempo en la gaviotas (un centro correccional de menores en la zona 13) y cuando salen van peor”, dijo el investigador.

Emociones

Jorge cursaba tercero básico, no estaba en pandillas, vivía con su mamá y su padrastro a quien detestaba. Las discusiones con él eran constantes. Un sábado en la noche su padrastro llegó ebrio y después de discutir con la madre de Jorge la golpeó. Jorge no pudo más. Fue a la casa de un amigo que tenía una pistola, la prestó porque estaba decidido a matar a su padrastro.

En el camino a su casa tuvo una discusión con el piloto de un vehículo y sin pensarlo le disparó en varias ocasiones. Jorge, al tener 16 años fue condenado a cuatro años en un correccional para menores.

El psicólogo Aníbal Hernández, que desde hace ocho años trabaja con jóvenes en el Centro Juvenil de detención Provisional (Cejudep) etapa II, explica que todo adolescente que tiene conflicto con la ley tienen una personalidad antisocial y que es incapaz de manejar sus emociones.

“Hay varios casos, sobre todo en adolescentes que no están vinculados con pandillas, que están acá por una decisión de buscar emoción, cuando son robos y de ser muy impulsivos cuando se trata de un delito mayor, como homicidio”, expuso.

Hernández agregó que una característica de los jóvenes con trastorno de personalidad antisocial es que carecen de remordimiento.

“Algunos de ellos, sobre todo jóvenes que han atacado a un grupo de la pandilla rival, sienten complacencia, se sienten realizados, satisfechos. En cambio cuando no pertenecen a pandillas se sienten confundidos, desorientados y se preguntan por qué lo hicieron. En la mayoría de ocasiones son muestras incipientes de haber realizado el delito”, expresó el profesional.

La jueza Berganza indicó que el 95% de jóvenes sentenciados son de escasos recursos, con poca escolaridad. “Algunos no saben leer ni escribir y no tienen deseos de futuro”, señaló.

Efrén aprendió a leer en el centro de detención provisional donde cursó hasta tercero de primaria. Cuando salió en libertad prometió no volver. De eso ya hace un año y medio.

Experto

Se puede cambiar

Byron Titus es un educador guatemalteco y experto penitenciario que trabaja  con el sistema correccional de Estados Unidos y tiene un doctorado en Rehabilitación. Explica que se puede mejorar la clasificación de los adolescentes  que entran a un sistema de confinamiento  por un delito menor, pero que se mezclan con otros más experimentados.  

“Todo inicia con  una clasificación donde se realizan evaluaciones basadas en entrevistas con profesionales que identifican los niveles de riesgo y necesidades de cada adolescentes”, afirmó.

De esa cuenta,  para aquellas poblaciones “vulnerables”  como  dicha clasificación de “alto riesgo”,  los dirige a un sitio donde estarán  en menos contacto con delincuentes más perversos”, indicó  Titus.

Agrega que se debe trabajar fuerte en un programa de rehabilitación basado en evidencia científica,  que tiene como su base principal la educación.  Explicó  que el programa desarrollado en Massachusetts, Estados Unidos,  les permitió bajar la reincidencia de jóvenes  de un 75% a un 45% en 10  años.

Casos

Los crímenes

Las  sentencias emitidas  por juzgados de adolescentes en conflicto con la ley dan un panorama de los delitos que están cometiendo los  jóvenes menores de 18 años.    En los últimos dos años han sido sancionados mil 156 adolescentes en todo el país.  El delito por el que  más han sido sancionados es por robo, jueces han sentenciado a  319 adolescentes por robo y robo agravado.  El segundo rubro es el relacionado con  las extorsiones, desde la participación de jóvenes en el hecho hasta la conspiración para llevarlo a cabo.

Por estos delitos   han sido sancionados 175 jóvenes. En  tercer lugar está   la tenencia, portación y transporte  de armas de fuego y explosivos, que  por  estos delitos los jueces han encontrado  culpables a 147 jóvenes.  En el caso de violación han sido sancionados 129 adolescentes.

En  el  quinto puesto están los delitos relacionados a los  homicidios  y han sido sancionados 76 jóvenes, que incluyen  a cinco mujeres. En el  séptimo rubro se encuentran los asesinatos,  con 46 casos, incluidas   seis mujeres. Llama la atención que entre los 76 sancionados por asesinato se encuentran 12 menores de 15 años,  igual número que los menores  de 15 años sancionados por homicidio.