Revista D

Una terapia controversial: el método Gerson en la cura del cáncer

El dilema entre la terapia Gerson y la medicina tradicional en la cura del cáncer.

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Hace más de 80 años, el médico judío-alemán Max Gerson (1881-1959) desarrolló un tratamiento a base de frutas y verduras para curar enfermedades crónicas. Años después se dijo que también curaba el  cáncer. 

A falta de evidencia científica que demostrara su eficiencia, el método Gerson no está aprobado en Estados Unidos, donde el médico ejerció a partir de la segunda mitad de la década de 1930. Sin embargo, la terapia sigue vigente en distintas partes del mundo, incluso en Guatemala goza de difusión y  adeptos.   

De migrañas a cáncer

Todo comenzó con las fuertes migrañas que padecía Gerson desde joven, lo cual lo obligaba a quedarse en cama durante días. De esa dolencia personal, sus estudios se enfocaron en investigar el origen de ciertas enfermedades y concluyó en que la clave reside en lo que las personas comen

Gerson usó una dieta a base de frutas y vegetales, sin sal, grasas y con alta dosis de potasio, la cual se aseguró que le quitó todo mal, según el video El milagro Gerson que puede ser visto en Youtube. El método  empezó a correr de boca en boca por toda Europa. Pronto se afirmó que otra persona que padecía de una tuberculosis en la piel —lupus vulgaris— se sometió a esta terapia y se curó. Hacia 1928, Gerson comenzó a aplicar este método para erradicar el cáncer.

El tratamiento consiste en tomar 13 vasos de jugo de frutas y verduras orgánicas recién exprimidos a diario, uno cada hora. El zumo entra al torrente sanguíneo más rápido. “Es el equivalente a 20 libras diarias de vegetales”, comenta la American Cancer Society en su página web, donde  cuestiona el uso y riesgos de esta terapia.

Los jugos se complementan con tres tiempos de comida vegetariana, postres tales como frutas frescas y bocadillos. 

Adicionalmente, los pacientes deben hacerse cinco enemas —lavados intestinales— de café a diario;  tomar varios suplementos de potasio, vitamina B-12, enzimas pancreáticas, hormonas para la  tiroides y una solución de Lugol, de acuerdo con el sitio oficial del Instituto Gerson. 

El objetivo de la dieta es desintoxicar el organismo, fortalecer el sistema inmunológico y estimular el metabolismo.

Según Gerson, las dolencias son causadas por la acumulación de toxinas en el organismo, lo cual planteó y explicó el médico guatemalteco Haroldo Cabrera Mancio en un programa  radial. A raíz de esto, al profesional se le pidió una entrevista para este reportaje, a la cual accedió, pero posteriormente se excusó.

Los pacientes

En 1958, Gerson publicó el libro A cancer therapy, con un estudio de 50 casos de personas curadas de ese mal. Ese mismo año, su licencia para ejercer como médico fue suspendida en Nueva York. Al año siguiente murió, al parecer, envenenado con arsénico.

Años después, su hija Charlotte fundó el Instituto Gerson en San Diego California, y una clínica en Tijuana, México, donde a la fecha reciben pacientes. Sus principales pruebas son testimoniales. Destaca, por ejemplo, el caso del colombiano Alan Fumarski, quien a los 27 años fue diagnosticado con un cáncer terminal. Siguió la terapia Gerson al pie de la letra durante dos años.  Han pasado siete, y Fumarski difunde su testimonio ampliamente en conferencias, libros y redes sociales.

Riesgos

El gastroenterólogo guatemalteco Nery Quiñónez asegura que no existe evidencia científica que respalde la terapia Gerson para el tratamiento del cáncer. “El Instituto Nacional del Cáncer estudió los  50 casos citados en A cancer therapy que optaron por este sistema y que se habían curado, pero al revisar los expedientes se comprobó que ellos también habían recibido quimioterapia”, agrega.

No  existe ninguna institución seria, como la FDA (Food & Drug Administration), en Estados Unidos, que respalde el uso de esta terapia, afirma Quiñónez.

La falta de soporte científico conlleva varios riesgos, explica. Por ejemplo, administrar grandes cantidades de yoduro de potasio puede provocar hiperpotasemia y con esta un paro cardiaco o arritmias. Asimismo, la práctica de la orinoterapia  puede causar daño renal, deshidratar al paciente y provocar más carga de urea y sodio, asegura Quiñónez.

En cuanto a los enemas de café, la American Cancer Society advierte de que esto puede conducir a desequilibrios electrolíticos. Su uso continuado puede causar que el funcionamiento del colon se debilite; estreñimiento y colitis, entre otros efectos. 

Quiñónez cree que el fenómeno puede obedecer más bien a un efecto placebo. “Tomar algo en lo que uno cree produce endorfinas y los pacientes pueden sentir alivio del dolor y dar sensación de euforia”, resalta. 

Es un problema comercial, pues no considero  ético vender falsas expectativas. Las investigaciones farmacológicas toman hasta 10 años para cada medicamento”, explica.

El médico Miguel Garcés, de Una Voz contra el Cáncer, dice que no conoce ninguna publicación científica que ampare el método Gerson, por lo que se trata de charlatanería. 

Gerson.org; El milagro Gerson, American Cancer Society, National Cancer Institute.

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