Vida

Cómo controlar a un niño que grita

En la escuela, en la casa o en la calle se puede ver a niños que alzan la voz para llamar la atención de los adultos, mostrar su rabia, frustración, inconformismo o simplemente porque están acostumbrados a hablar de esa manera.

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Muchos niños gritan por dos razones: porque no saben expresar de otra forma lo que sienten y por imitación del adulto. Ambas razones se pueden cambiar y mejorar para que los niños puedan hablar de forma más calmada.

Ver a un niño gritar genera un sentimiento desagradable porque los adultos sienten que algo no marcha bien. Conseguir que un niño deje de hablar a gritos no se consigue de la noche a la mañana, pero se puede lograr con paciencia y constancia, y así vivir en un ambiente más tranquilo y relajado.
 
Los niños gritan porque no saben cómo manejar mejor sus emociones negativas por lo que lo hacen para transmitir ese malestar, y usan además las pataletas y el llanto final. Si ven que lo consiguen y los padres reaccionan ante sus gritos para que él deje de gritar, aprende que sus gritos funcionan para conseguir lo que quiere por lo que volverá a hacer siempre que quiera conseguir algo.

Cuando esto ocurre los niños aprenden que gritar es más eficaz que hablar y además verá unos padres nerviosos que también gritan para que él pare de gritar, parecido a un círculo vicioso. Pero existe otra causa bastante generalizada de los gritos infantiles: lo aprenden de sus padres y lo imitan porque piensan que es la forma normal de comunicarse.

Hay que saber que el grito no educa, solo paraliza y no soluciona absolutamente nada, sino agrava la situación. Además si se le grita al niño se le estará dando un mal ejemplo de cómo deben comunicarse, porque los gritos y las malas palabras es como cualquier otro maltrato, explica la psicopedagoga y maestra en Educación Especial María José Roldán al sitio guiainfantil.com
 
El primer paso para solucionarlo es detener los gritos en casa, controlar la ira y hablar con tonos calmados por muy nervioso que se esté; es la única manera de que los hijos escuchen.
 
Si el niño grita en casa, se debe con tono calmado ponerle un dedo en la boca y sacarle de la habitación o del contexto en el que está gritando y decirle que no se escuchará nada de lo que dice hasta que no hable de forma más pausada y con calma.

Se deberá ser paciente puesto que intentará mediante pataletas conseguir lo que quiere. Una vez que diga las cosas de forma tranquila y a un tono de voz normal, hacerle ver que así se consiguen mejores cosas que cuando grita.

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