Salud y Familia

Ictus: lo último en rehabilitación cerebral 

El movimiento de los brazos y manos en coordinación con las imágenes de esas mismas extremidades simuladas en la computadora, y la estimulación de la corteza cerebral por medio de pulsos magnéticos indoloros, mejoran la rehabilitación de los afectados por las secuelas motoras de un ictus o apoplejía.

Un accidente cerebrovascular ocurre cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene durante varios segundos, cortando la llegada de nutrientes y oxígeno a las células, que pueden morir y perder su función ocasionándose un daño neurológico permanente, como la parálisis del cuerpo, problemas del habla y otras incapacidades.

Accidente cerebro vascular o ACV, infarto cerebral, derrame cerebral, ataque cerebral, ictus isquémico o hemorrágico, embolia cerebral, trombosis cerebral, apoplejía, hemorragia cerebral, son algunos de los trastornos que pueden producirse por este motivo.

La tecnología está revolucionando la forma de rehabilitar a los afectados de alguna de estas afecciones de la circulación, causadas habitualmente por el bloqueo o la rotura de una arteria y que pueden provocar secuelas que afectan de modo importante y permanente la calidad de vida.

La realidad virtual o RV podría ayudar a rehabilitar el brazo paralizado en algunos pacientes con accidente cerebrovascular, según investigadores de la Universidad Pompeu Fabra, UPF, de Barcelona, España.

Los pacientes con ictus y ‘hemiparesia’ -que reduce la fuerza muscular en un lado del cuerpo- a menudo infrautilizan sus extremidades afectadas,  a pesar de que aún mantienen algo de su función motora, según la UPF.

“Con el uso de la extremidad sana el paciente puede mejorar inmediatamente en sus actividades diarias, pero un largo periodo de no utilizar la extremidad ‘parética’ afectada,  en un fenómeno conocido como ‘no uso aprendido’,  puede conducir a una mayor pérdida de su función”, de acuerdo a los autores de este estudio.

Sistema de videojuegos para recuperarse

Los investigadores de la UPF han comprobado que utilizar la RV aumenta la confianza del paciente en el uso de su brazo paralizado y ello puede ser crucial en su recuperación.

En un estudio en el que participaron veinte pacientes con accidente cerebrovascular hemiparético, evaluaron el efecto de un innovador sistema de rehabilitación llamado Rehabilitation Gaming System (RGS) equipado con un sensor de Microsoft Kinect,  un controlador de videojuegos que permite controlar e interactuar con una pantalla a través de los gestos y la voz.

El RGS es un sistema de rehabilitación de los déficits motores, cognitivos, lingüísticos y afectivos tras una lesión o enfermedad cerebral, que combina la ejecución de un movimiento por parte del paciente, con la observación correlacionada de la acción ejecutada por dos brazos gráficos generados por  ordenador, según sus creadores, Eodyne Systems.

“El sistema RGS permite a los usuarios controlar un cuerpo virtual a través de sus propios movimientos vistos desde una perspectiva “en primera persona” en una pantalla de computadora, a través de la cual se realizan las tareas en un mundo virtual”, según la UPF.

En el experimento, lo expertos de la UPF solicitaron a los participantes que alcanzaran algunos objetos que aparecían en un entorno virtual o RV en la pantalla.

En algunos casos, los investigadores introdujeron una mejora en el movimiento de la representación virtual de la extremidad parética, haciendo que el movimiento pareciera más rápido, más preciso y que el objeto en la pantalla fuera más fácil de alcanzar.

“Después de la mejora del movimiento de la representación virtual, los pacientes comenzaron a utilizar su extremidad parética con más frecuencia”, explica la doctora Belén Rubio, primera autora del estudio y miembro del Grupo de Investigación en Sistemas Sintéticos Perceptivos, Emotivos y Cognitivos (SPECS), de la UPF.

Para Rubio, esto sugiere que el cambio de las creencias de los pacientes sobre sus capacidades mejora de forma significativa el uso de su extremidad parética y “sorprendentemente, diez minutos de mejora fueron suficientes para inducir cambios significativos en la frecuencia de uso espontáneo de la extremidad afectada”, añade.

Por otra parte,  investigadores de la Universidad del Estado de Ohio, OSU, en Estados Unidos tratan de ayudar también a los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular (apoplejía) a mejorar el movimiento de su brazo, al estimular el cerebro con un dispositivo llamado estimulador magnético transcraneal (TMS, por sus siglas en inglés).

“Al aplicar el TMS para reducir la actividad cerebral en el lado que no quedó lesionado por la apoplejía, la parte lesionada puede tener mejores posibilidades de recuperarse”, según la OSU.

Calmar parte del cerebro y reactivar otra

“La idea es que cuando uno de los lados del cerebro está dañado por un accidente cerebrovascular, el lado sano tiende a generar mucha más actividad para compensar el daño pero, en realidad, este fenómeno podría estar evitando al mismo tiempo la recuperación de la parte lesionada”,  según la doctora Marcie Bockbrader, investigadora principal y profesora asistente de Medicina Física y Rehabilitación de la OSU.

El sistema TMS lo ha desarrollado la compañía Nexstim, especializada en la rehabilitación de los movimientos de las manos y brazos paralizados y, según la doctora Bockbrader, “ayuda a estimular un área específica del cerebro de especial interés, de forma no invasiva”.

“Estamos estimulando las áreas motoras de la corteza cerebral que a veces se lesionan en un accidente cerebrovascular. El dispositivo TMS se dirige a la parte hiperactiva del cerebro para calmarla lo suficiente como para que la parte perjudicada pueda aprender a expresarse de nuevo, a través de las terapias de rehabilitación convencionales”, según Bockbrader.

El sistema TMS que utilizan los investigadores consta de un dispositivo similar a la sonda sensora de un ecógrafo, pero de mayor tamaño, que se apoya y desliza sobre la cabeza del paciente, enviando a través de su cráneo una serie de pulsos magnéticos de baja frecuencia a unas áreas muy precisas de su corteza cerebral motora, según la OSU.

El TMS se complementa con una tecnología o herramienta de focalización que cartografía el cerebro, de una manera similar a como lo hace con el globo terrestre el sistema de geolocalización GPS, y que permite al terapeuta localizar con precisión el objetivo de estimulación exacto en el cerebro del paciente.

“Lo que estamos haciendo es permitir que el cerebro esté más preparado y receptivo para recibir y aprovechar las terapias de rehabilitación y recuperación motora centradas en la mejora del movimiento, la flexibilidad, la fuerza y el uso del brazo y de la mano debilitados”,  concluye la doctora Marcie Bockbrader.

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