Sin embargo, recalcó que los cancilleres y secretarios de Relaciones Exteriores no van discutir la legalización de la marihuana.
Las medidas preventivas que deben adoptarse por los problemas de seguridad que ocasiona el narcotráfico, el lavado de dinero y el tráfico de armas, así como la situación de las cárceles, serán abordados por los cancilleres, explicó.
Carrera adelantó que en la declaración final de la Asamblea se planteará que el asunto de las drogas debe verse con un enfoque de derechos humanos y un problema de salud.
Según el jefe de la diplomacia guatemalteca, el establecimiento de un mecanismo que de seguimiento al diálogo que genera la estrategia latinoamericana sobre el combate a las drogas, será el resultado más sobresaliente de la reunión.
Esos resultados podrían ser llevados a una asamblea a nivel mundial, aseveró.
Por su parte, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza ratificó que en la Asamblea se presentarán los posibles escenarios que pueden surgir de la discusión sobre las drogas, ya que no es un asunto que puede acordarse a nivel de cancilleres.
En el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA), se señala que el adicto no es un delincuente sino un enfermo que debe recibir un tratamiento.
Según Insulza, el consumo de drogas en Centroamérica aún no es alto, por lo que los esfuerzos deben estar encaminados a la disminución de la violencia.
Las nuevas rutas para el combate al narcotráfico, cuya discusión surgió a raíz de una iniciativa presentada por el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, en el 2012, dominará la 43 asamblea general de la OEA en la ciudad colonial de Antigua.